Si bien, la contaminación del aire se ha mantenido más o menos estable en el último año, como lo indican desde Ecologistas en Acción, aún un 94% de la población y un 88% del territorio español está expuesto a unos niveles de contaminación atmosférica que exceden los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud.
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), este aire contaminado provoca alrededor de 30.000 muertes prematuras en España, en su mayoría vinculadas a problemas respiratorios o afecciones cardíacas. Aunque la cifra de víctimas mortales es mayor que las 28.300 que, hasta el momento, ha dejado en tres meses la pandemia del coronavirus, su repercusión y atención no ha sido la misma.
"El motivo por el cual estas muertes no llaman tanto la atención es porque no existe, habitualmente, una relación de causa-efecto identificada en el registro civil o en los registros de los hospitales donde queda certificada la muerte. La contaminación atmosférica es un factor agravante de muchas enfermedades respiratorias y cardiovasculares, pero en términos de registros no se suelen considerar como causa o desencadenante de estas 30.000 muertes anuales que han sido relacionadas por la Agencia Europea de Medio Ambiente con la contaminación atmosférica", apunta Ceballos.
Para Ecologistas en Acción, esta realidad debe llamar a la reflexión tanto a las autoridades como a la ciudadanía en general porque se trata de un "problema sanitario de primer orden", como sostiene Ceballos.
Y es que estos contaminantes no solo amenazan a la salud de todos los seres vivos del país, sino también a su seguridad alimentaria y, por ende, a su economía.
"Los principales contaminantes atmosféricos, en particular, los óxidos de nitrógeno y ozono, igual que son tóxicos para las personas, también lo son para el resto de los seres vivos del planeta, como la vegetación, las plantas, que al realizar su intercambio gaseoso también introducen en su organismo sustancias tóxicas que interfieren con la fotosíntesis e impiden o retardan el crecimiento de las plantas, su fructificación y productividad agrícola. Además, por la contaminación atmosférica, las plantas resultan más susceptibles a enfermedades y a plagas. Eso provoca un problema en las cosechas, en los cultivos", detalla Ceballos.
"Confinemos los carros"
Desde Ecologistas en Acción insisten en el deber que tienen las autoridades de elaborar planes que mejoren la calidad del aire y cumpla con las normativas legales.
"Madrid cuenta con la estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, con la que el Ayuntamiento de Madrid cumplirá definitivamente con los límites de calidad del aire establecidos en la Directiva 2008/50/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de mayo de 2008", precisa la Dirección General de Comunicación del Ayuntamiento de Madrid, a la vez que apunta a Sputnik que "las iniciativas de Madrid 360 rebajarán los óxidos de nitrógeno (NOx) un 15% más que el anterior plan anticontaminación".
Para los ecologistas hacen falta medidas concretas. Entre ellas proponen: la reducción progresiva de la utilización de combustibles fósiles y la utilización de energías más limpias que "ayudarían a aminorar las emisiones de gases de efecto invernadero y de gases tóxicos, que provocan la mala calidad del aire que respiramos y que agudiza el cambio climático". A su vez, proponen retomar prácticas aprendidas durante los meses de confinamiento que permitieron una purificación del aire.
Y mientras el país se adapta a la nueva realidad poscoronavirus, Ecologistas en Acción aseguran que se mantendrán movilizados en las calles con campañas como la que desplegaron hace dos semanas en Cataluña bajo el lema "Confinemos los coches, recuperemos nuestro espacio" para así reclamar a las administraciones públicas medidas urgentes que garanticen un aire limpio, o menos contaminado, para todos.
El pasado 19 de mayo, el Gobierno de España aprobó un anteproyecto de Ley de cambio climático que plantea como objetivo que el país reduzca a cero las emisiones de dióxido de carbono en 2050 y que en 2030 se hayan reducido un 20% respecto a 1990.