El lunes 22 de junio la población española pasó a la nueva normalidad tras el estado de alarma y con ello, las diferentes localidades comenzaron a establecer condiciones para la reapertura de piscinas. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, la mayoría de piscinas municipales estarán abiertas al público a partir del 1 de julio teniendo en cuenta el protocolo de medidas de prevención e higiene publicado por el Ministerio de Sanidad, lo que incluye permitir tan solo el 30% de su aforo.
A pesar de ello, son muchos los que prefieren alquilar una piscina privada para disminuir el riesgo de contagio por coronavirus. Portales como Swimmy, considerado como el Airbnb de las piscinas, ofrecen este tipo de servicios a un precio bastante accesible: desde 12 hasta 30 euros por persona.
"Piscina limpia y cuidada de 8x4. Con sillas y 3 tumbonas. Barbacoa de obra con utensilios para usarla y disfrutar de una comida en el porche mirando el paisaje. Es una zona de encinas muy verde. Cama elástica y casita para los más pequeños", escribe Myriam G, quien ofrece su piscina durante medio día a 50 minutos del centro de Madrid.
La empresa, fundada en 2017 en Francia por Raphaelle de Monteynard, llegó a España el verano pasado, aunque tal y como confiesan a este medio, les "han empezado a conocer más este año" debido a la crisis sanitaria por COVID-19. De momento cuenta con ofertas en ciudades como Barcelona, Madrid y Sevilla. Concretamente, en estas dos últimas ciudades, notaron una fuerte demanda desde que las autoridades empezaron a suavizar las medidas de confinamiento durante la desescalada:
"Desde hace tres semanas, presentamos un exceso de la demanda en zonas clave como Madrid y Sevilla, precisamente 'las dos ciudades donde hace mayor calor'. Además, en ambas ciudades hay mayores usuarios y hay menos propietarios de piscinas.", dice.
"Tanto la piscina como su entorno son sumamente agradables. El crecimiento y la atención de su propietaria fue excelente. Hemos pasado un día disfrutando de la piscina con espacios agradables para conversar y comer con las amigas. Cien por cien recomendable", escribe Gabriela C., una de las usuarias que ha optado por este servicio.
Ya son 1.400 los españoles que han alquilado alguna vez una de las más de 200 piscinas disponibles en su web y repartidas en las tres ciudades. Como Gabriela, cada vez son más los que prefieren utilizar este tipo de servicios para tener más intimidad y seguridad. Así durante las tres últimas semanas "multiplicaron por tres las demandas" y respecto a cifra de negocio, la han "multiplicado por ocho respecto al año anterior", confirma.
"Aforos límitados, playas con control de acceso, gente con miedo a los espacios abiertos con más gente... Ofrecemos piscinas privadas para que no se tengan que preocupar de nada de esto. Los anfitriones se encargan de tener todo perfectamente higienizado y desinfectado, y a modo de plus, en nuestro blog tienen un artículo de cómo hacerlo", argumentan desde Piscilovers.
"Reconozco que la mayoría de empresas que se dedican al turismo o al ocio han ido a pique con la pandemia. A nosotros sin duda alguna el coronavirus nos ha lanzado", dice Ferrández.
Pero, ¿son realmente seguras las piscinas?
Hay quien piensa que el virus puede propagarse por el agua. Sin embargo, según declaran ambas compañías, no es así. Ferrández asegura que "un agua clorada que precise una tasa de cloro de un miligramo por litro, es un agua fiable y segura, que no puede transmitir ni virus ni bacterias". Con tal solo esa tasa, que es la mínima permitida, se genera una excelente barrera, porque no permite que ninguna sustancia viva dentro del agua "excepto nosotros chapoteando", bromea.
"Si consideramos que los organismos de salud de todo el mundo no han reportado presencia de este virus en el agua, esto nos permitiría descartar este método de propagación. Además, una gran cantidad de fuentes de agua son purificadas con UV, ozono y cloro lo que elimina cualquier tipo de microorganismo", explica Sara Orozco, cofundadora de Piscilovers.