Muchos aviones llevan meses en tierra y la mayoría de aerolíneas todavía tienen una actividad muy limitada como consecuencia de la pandemia por COVID-19. Esta situación ha llevado al gigante aeronáutico Airbus a recalcular el recorte de plantilla que había previsto antes de que estallara la crisis sanitaria tal y como lo comunicó el martes 30 de junio tras una reunión con los sindicatos.
"Es un plan sin precedentes en la historia de Airbus, pero podría haber sido peor. Tenemos que enfrentar la realidad de que un 40% de nuestra actividad ha desaparecido y llevará mucho tiempo que vuelva, así que hemos decidido tomar medidas ahora", dijo el consejero delegado del grupo, Guillaume Faury, en rueda de prensa.
La caída de pedidos de fabricación de aviones comerciales en el mercado mundial ha supuesto para el consorcio europeo aeronáutico una disminución del 40% en su negocio. Ante esta situación, Airbus ha anunciado el recorte de 15.000 empleos en este sector de aeronaves comerciales. La compañía no descarta los despidos, aunque plantea primero otras vías como salidas voluntarias, jubilaciones anticipadas o fórmulas de empleo parcial a largo plazo.
La reestructuración de Airbus afectará significativamente a Francia y Alemania, donde se perderán 5.000 y 5.100 puestos de trabajo, respectivamente. También en Reino Unido, donde se recortarán 1.700 empleos y 1.300 en otros centros del mundo.