El organismo, dependiente de la Organización de las Naciones Unidas, estimó en un informe "que 2,7 millones de empresas podrían cerrar como efecto de la crisis, la mayoría de ellas microempresas".
El estudio sobre el impacto del COVID-19 en la región reveló que la gran mayoría de las empresas han registrado importantes caídas en sus ingresos, presentando dificultades para mantener sus actividades en medio de las restricciones sanitarias y financieras, y pronosticó que tras el cierre de más de dos millones de empresas se perderán unos 8,5 millones de puestos de trabajo.
"Esto, sin incluir las reducciones de empleos que realicen las empresas que seguirán operando", aclaró la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
En el mismo documento, la Cepal recomendó aplicar un conjunto de medidas para enfrentar la disminución de las capacidades productivas de los países.
Entre ellas, están ampliar los plazos y los alcances de las líneas de intervención en materia de liquidez y financiamiento para las empresas, co-financiar la nómina salarial de las empresas durante seis meses para evitar la destrucción de capacidades, realizar transferencias directas a los trabajadores autónomos y apoyar a las grandes empresas de sectores estratégicos que resultan gravemente afectadas por la crisis.
La pandemia va dejando 41 millones de desempleados en América Latina y el Caribe, según informó la Organización Internacional del Trabajo.