"Se considera necesario en este momento aumentar los niveles de exigencia en la comarca para tratar de mejorar el pronóstico y prepararnos ante un posible crecimiento exponencial", dijo en rueda de prensa el consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia, Jesús Vazquez Almuiña.
Todos los accesos a la comarca (de unos 70.000 habitantes) quedarán cerrados para población no residente a partir de la medianoche, aunque sí se permitirá la movilidad dentro de la zona clausurada.
También se reduce el aforo en bares y restaurantes, pasando del 75 al 50%, una restricción que se extiende a otros espacios como auditorios, teatros, museos o mercadillos.
En principio, el cierre de la comarca estará activo por cinco días.
Se trata del segundo cierre de una comarca en España después de que el 4 de julio el Gobierno de Cataluña declarase el confinamiento perimetral del Segríà (en la provincia de Lleida), una zona con 200.000 habitantes que acumuló más de 360 casos de COVID-19 en la última semana.