"Creemos que haciendo obligatorio el uso de la mascarilla garantizaremos que se utilice cuando se debe y evitaremos actitudes de relajación", afirmó en rueda de prensa la portavoz de la Generalitat catalana, Meritxell Budó.
La portavoz catalana explicó que la nueva norma tiene el objetivo de reforzar el uso de esta herramienta de protección frente al virus, ante las actitudes de relajamiento que se dan entre los ciudadanos tras el fin del confinamiento en España.
"Tenemos que normalizar su uso mientras no contemos con otros mecanismos", afirmó Budó tras recordar a la población que "todavía se convive con el virus" y apelar a la "responsabilidad" colectiva frente a la pandemia.
El Gobierno no concretó si esta norma se extenderá al deporte al aire libre o a lugares como las playas, circunstancias en que hasta ahora no era obligatorio cubrir el rostro.
La consejera de Salud de Cataluña, Alba Vergés, ya había avanzado en declaraciones a la radio catalana que propondría a la Generalitat activar esta medida, a raíz de los rebrotes y el repunte de contagios que se dieron recientemente en algunas zonas de la región.
"Empieza a haber mucha más movilidad y para disminuir los riesgos es importante adoptar esta medida", afirmó Vergés, que descartó de momento otras restricciones como volver a confinar a los ciudadanos en sus hogares.
Desde el 4 de julio permanece aislada del resto de Cataluña la comarca de Segrià, en la provincia de Lleida, un territorio norteño que con solo 200.000 habitantes concentra hasta 14 rebrotes de COVID-19 y varios centenares de contagios entre sus ciudadanos.