En el estado costero La Guaira, en el norte del país, 240 instalaciones turísticas sufren los estragos de la pandemia. Al igual que en el resto de la nación sudamericana, se encuentran completamente cerradas.

"Diciembre y enero eran buenos para nosotros porque las personas reservaban meses antes, pero ahora nada. La palabra 'reservación' no la usamos porque es alimentar una esperanza", dice el hombre en conversación con Sputnik.
Méndez no ve señales de que el sector turístico pueda reactivarse como las otras 25 áreas de la economía que ya lo han hecho en Venezuela. Para él es muy difícil que en las áreas comunes de una posada se pueda cumplir con la norma del distanciamiento social.

La posada de Méndez, que lleva su mismo nombre "René", es un negocio familiar en el que por "suerte" no tiene empleados y en el que todos tienen otras actividades con las que pueden "resolverse" económicamente. Sin embargo, él reconoce que los ingresos de la posada eran mejor a cualquier trabajo con un salario mínimo de dos dólares.
Preparación
En el pueblo de Galipán, ubicado en el reconocido cerro El Ávila, está la posada "Miradas". En 13 años es la primera vez que mantiene sus puertas cerradas al público por la misma razón: el COVID-19.
Por el momento, en esa posada se han dedicado a capacitar a los trabajadores sobre las normas de seguridad de COVID-19, a fin de estar listos una vez que el Gobierno decida reactivar el turismo.
"Lo que hemos hecho es prepararnos con el tema del COVID-19 para ofrecer un buen servicio a las personas con medidas de bioseguridad y protección para que tanto el personal de la posada, el restaurante y los huéspedes estén bien", resaltó.
A futuro tienen planteado disminuir la cantidad de huéspedes y dejar una habitación desocupada de por medio, así como cumplir con las normas de la toma de temperatura, aplicar gel antibacterial en las manos y entregar mascarillas.
La mayoría de los empleados son residentes de Galipán y muchos de ellos tienen casas con sembradíos de frutas y hortalizas, a los cuales han tenido que recurrir para paliar la crisis económica que enfrentan por el cierre de la posada.
Propuestas
Para el presidente de la Cámara de Turismo del estado La Guaira, Julio Mier y Terán, la situación es "sumamente" grave. El sector ha planteado propuestas al Gobierno para una posible flexibilización de la cuarentena.

A pesar de la crisis económica que generó el cierre de posadas y hoteles, la Cámara de Turismo no ha reportado despidos de los trabajadores, quienes continúan cobrando sus salarios y el beneficio de tickets de alimentación.
La Cámara indicó que desconoce hasta cuándo pudieran mantenerse las garantías laborales a los ciudadanos que trabajan en esa área.
El sector turismo considera que por el COVID-19 la recepción de clientes no será igual, así se apliquen medidas de bioseguridad para el recibimiento de los turistas.
Entre tanto, el Gobierno venezolano no ha insinuado aún posibilidad alguna para la flexibilización y reapertura de posadas y hoteles, lo que hace pensar a los trabajadores que el sector permanecerá cerrados hasta finales de año.