Todos en algún momento de nuestras vidas hemos escuchado estos crujidos en el cuello. Cuando se los provoca intencionalmente con el objetivo de obtener una relajación, podrían causar un derrame cerebral accidental.
Estos crujidos no son causados por los huesos o los tendones, como algunos creen, sino por las superficies internas de la articulación que chocan cuando vuelven a su lugar después de un ligero estiramiento. Según explica Christine Roffe, especialista en accidentes cerebrovasculares de la Universidad de Keele en Reino Unido a la revista The Сonversation, en el área de la articulación cervical existe la fusión de dos arterias vertebrales. Estas se ubican a ambos lados de la columna vertebral en una arteria basilar que permite suministrar la cantidad de sangre adecuada al cerebro. Al provocar cualquier tipo de daño en ellas, se puede causar la formación de coágulos y posteriormente un derrame cerebral.
Son varios los casos que se han registrado de derrames cerebrales a causa de los crujidos de cuello intencionales, pues los pacientes terminaron rasgándose una arteria al realizar estos movimientos que les causaban relajación. Por ello los especialistas recomendaron evitar realizar este hábito que puede poner en peligro la salud.