"Instamos a las autoridades turcas a que entablen un diálogo antes de adoptar cualquier decisión que pueda socavar el valor universal del sitio", señala la Unesco en su comunicado.
El texto recuerda que la basílica está inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial como museo, y esta inscripción conlleva varios compromisos y obligaciones legales.
"Toda modificación requiere la notificación previa del Estado interesado a la Unesco y luego, si es necesario, el examen del Comité del Patrimonio Mundial", indica el comunicado.
La nota añade que la catedral cuenta con un "valor universal excepcional", ya que se convirtió "en un referente para la construcción de otras iglesias y más tarde de mezquitas, y los mosaicos de los palacios e iglesias de Constantinopla influyeron en las artes tanto de Oriente como de Occidente".
La Unesco resalta que la participación "efectiva, inclusiva y equitativa" de todas las partes interesadas es una condición necesaria para preservar este patrimonio.
"Este requisito sirve para proteger y transmitir el valor universal excepcional del patrimonio y es inherente al espíritu de la Convención del Patrimonio Mundial", señala el documento.
El tribunal administrativo más importante de Turquía, el Consejo de Estado, anunció el 2 de julio que dará a conocer dentro de un plazo de 15 días su veredicto acerca de si Santa Sofía seguirá siendo un museo o podrá transformarse nuevamente en una mezquita.
Durante más de 1.000 años fue el templo más grande de la Cristiandad, pero, después de la toma de Constantinopla por los otomanos y la caída del Imperio bizantino en 1453, la catedral se convirtió en una mezquita.
En 1934, el fundador del estado turco moderno, Kemal Ataturk, convirtió el edificio en un museo; el templo fue incluido en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco.