"Los riesgos en materia nuclear han aumentado significativamente en los últimos tiempos; la situación en materia de seguridad y la estabilidad estratégica internacional se está deteriorando", constató Lavrov.
El canciller atribuyó esa situación a la política de Estados Unidos.
"EEUU pretende recuperar el dominio global y lograr la victoria en lo que llama la rivalidad de las grandes potencias, renuncia al término 'estabilidad estratégica' y lo sustituye por 'rivalidad estratégica'. Quiere ganar", agregó.
"Por supuesto, promoveremos en la próxima cumbre el enfoque de la inadmisibilidad de una guerra nuclear y de la imposibilidad de ganarla", indicó el ministro.
Además Lavrov subrayó que resulta preocupante la renuncia de EEUU de reconocer oficialmente que es inadmisible una guerra nuclear.
"Estamos preocupados que EEUU lleve ya dos años sin confirmar ese principio fundamental, el postulado de que no puede haber ganadores en una guerra nuclear y, por lo tanto, nunca debería librarse", indicó.
A finales de enero pasado el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso celebrar una reunión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. De momento el encuentro sigue sin fecha pese a contar con la disposición para realizarlo de todas las partes implicadas.
Tratado START
Lavrov aseguró que su país podrá garantizar su seguridad incluso si Estados Unidos no prolonga la vigencia del Tratado START III de armas nucleares que expira en febrero de 2021.
"Tenemos la certeza absoluta de que garantizaremos nuestra seguridad incluso sin ese tratado", dijo el canciller en una videoconferencia sobre el tema.
El START III es actualmente el único acuerdo que vincula a Estados Unidos y Rusia después de que Washington rompiera definitivamente el pasado 2 de agosto de 2019 el Tratado INF de misiles de medio y corto alcance.
El acuerdo START suscrito en 2010 limita los arsenales de las dos potencias a un máximo de 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva.
"Pero seguimos apostando por el diálogo con Estados Unidos sobre la problemática estratégica y los nuevos instrumentos de control de las armas, en el contexto de los factores que repercuten en la estabilidad estratégica", matizó.
La prórroga del acuerdo, remarcó, es necesaria para Moscú en la misma medida que para Washington.
Lavrov enfatizó que si los estadounidenses se niegan a prolongar el tratado, "Rusia no va tratar de persuadirles".
El jefe de la diplomacia rusa alertó que al parecer Washington ya tomó la decisión de no extender el START III.
"La obstinación con que se acentúa la deriva sin alternativas a unas conversaciones trilaterales, indica que esto ya fue decidido con antelación", puntualizó.
Los estadounidenses insisten en un nuevo tratado que incluya a China, algo que el país asiático ya ha rechazado en reiteradas ocasiones. Rusia, por su parte, propone prorrogar el acuerdo sin condiciones previas.
Lavrov precisó también que Washington condiciona el diálogo a la inclusión de las armas más avanzadas en los debates, algo que para el canciller ruso es evidente.
Encuentro de expertos de EEUU y Rusia sobre el espacio
Lavrov también comunicó que un encuentro entre los expertos de Rusia y EEUU sobre el espacio, bajo la supervisión del viceministro de Exteriores ruso Serguéi Riabkov y el representante especial de EEUU para el Control de Armas, Marshall Billingslea, se celebrará a finales de julio.
"Riabkov y Billingslea acordaron crear tres grupos de trabajo en el marco del proceso que se celebra bajo su supervisión", dijo Lavrov.
"Nunca rechazamos la conversación", enfatizó el ministro ruso.
El 22 de junio, Riabkov y Billingslea iniciaron conversaciones en Viena en un esfuerzo por rescatar el START III. Durante las consultas las partes confirmaron la creación de un grupo de trabajo sobre el espacio y varios otros.
Tratado de Cielos Abiertos
Ademas, el canciller ruso señaló que es poco probable que Estados Unidos cambie su decisión de salir del Tratado de Cielos Abiertos tras las elecciones presidenciales, que el país celebrará pocas semanas antes de que expire el acuerdo.
"En consonancia con la decisión anunciada sobre la salida, EEUU debe dejar de participar en el acuerdo el 22 de noviembre, es decir 2,5 semanas después de las elecciones. Sea quien sea el presidente, la nueva administración asumirá sus funciones el 20 de enero, es poco probable que la decisión sea revisada en tal situación", dijo Lavrov.
Agregó que si la nueva administración decide volver al tratado "habrá que iniciar las negociaciones desde cero".
Lavrov se negó a comentar la campaña electoral y los posibles resultados de las elecciones estadounidenses ya que la elección del presidente de EEUU "es un asunto del pueblo estadounidense, un asunto interno de EEUU" y "la situación es impredecible".
Al mismo tiempo, señaló, hay comentarios de varios expertos sobre la posible influencia de los resultados de las elecciones en las negociaciones sobre el desarme.
En particular "existe la opinión (…) de que los demócratas están menos dispuestos que los republicanos a destruir todos los acuerdos en la esfera de estabilidad estratégica y el desarme acumulados en las décadas pasadas", mencionó el ministro de Exteriores ruso.
El pasado 21 de mayo, el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que su país abandonará el Tratado de Cielos Abiertos y lo explicó por presuntas violaciones del acuerdo por parte de Rusia.
A la vez, Trump no descartó revisar su decisión si Moscú comienza a cumplir el pacto. Rusia rechazó con firmeza las acusaciones de EEUU.
Guerra comercial entre EEUU y China
Asimismo, Lavrov aseguró que Rusia no ve ningún beneficio en una guerra comercial entre Estados Unidos y China.
"No veo ningún beneficio para Rusia por una guerra comercial entre Washington y Pekín. No tendremos beneficio alguno ni en las relaciones con la Unión Europea [UE], ni con la India", dijo el jefe de la diplomacia rusa en una sesión virtual del foro internacional Primakov Readings.
Agregó que el antagonismo entre EEUU y China también contradice los intereses de la UE.
"Creo que esto no responde de ningún modo ni a nuestros intereses, ni a los de la UE u otros países", expresó.
Lavrov denunció que "ahora EEUU está librando una lucha con métodos sucios, todo el mundo lo ve y lo sabe".
Washington, especificó, "presenta exigencias unilaterales que toman en cuenta solo los intereses de EEUU" y si estas no se cumplen, impone sanciones, guerras comerciales, aranceles y otras restricciones.
A modo de ejemplo, el jefe de la diplomacia rusa se refirió al acuerdo logrado por EEUU y China a principios de este año y cuestionó "lo que está pasando con este acuerdo ahora".
Además, el canciller ruso destacó que Rusia no rechazaría el papel de mediador en las relaciones entre Estados Unidos y China, si se lo proponen.
"Si nos lo proponen y si hay interés [en nuestra mediación], no lo declinaremos", dijo el canciller.
Si en esta región o en otro lugar hay interés en la mediación de Rusia, siempre está dispuesta a intentar ayudar, pero nunca impondrá sus servicios a los demás, agregó el ministro ruso.
EEUU comenzó una guerra comercial contra China en junio de 2018 subiendo los aranceles a los productos de ese país con el pretexto de equilibrar una balanza comercial negativa.
En enero pasado, los dos países firmaron la primera parte de un acuerdo comercial llamado Fase Uno que suspendió la guerra comercial.
Además, ambos países acordaron proteger las patentes, particularmente de los medicamentos, y prohibir los productos falsificados y la apropiación indebida de secretos comerciales.
Las relaciones entre EEUU y China se deterioraron cuando la administración del presidente Donald Trump acusó a Pekín de cometer violaciones de derechos humanos, invadir la región administrativa especial de Hong Kong, intimidar a sus vecinos y mentir sobre el nuevo brote de coronavirus.
China ha negado las acusaciones y ha señalado numerosas violaciones del derecho internacional por parte de EEUU.
Supuesta conspiración entre Rusia y Talibán
El ministro de Exteriores ruso también indicó que Estados Unidos hasta el momento no ha presentado pruebas de sus acusaciones sobre la supuesta conspiración entre Rusia y el movimiento radical Talibán.
Las acusaciones "se basan en especulaciones de mala fe. No se presentó ningún dato concreto. Es más, los funcionarios responsables de la administración, incluso el secretario de Defensa, declararon que no saben de esos datos", dijo Lavrov.
Opinó que esta situación fue creada para "la lucha política interna [en EEUU] de cara a las elecciones".
"Estamos interesados en que Afganistán, Rusia y EEUU saquen lecciones de la experiencia que acumuló ese país atormentado, así como ayuden a lanzar el diálogo nacional junto con otros Estados que son capaces de ayudar a normalizar la situación, ante todo China, Irán, Pakistán y todos los demás vecinos de Afganistán", precisó el jefe de la diplomacia rusa.
El 26 de junio, el diario The New York Times publicó un artículo que afirmaba, citando a fuentes de inteligencia de EEUU y sin presentar ninguna prueba, que una unidad de inteligencia militar rusa habría ofrecido recompensas a radicales vinculados al movimiento Talibán por matar a militares de la coalición liderada por Washington en Afganistán.
El presidente Donald Trump calificó el artículo de engaño, mientras que funcionarios de la Casa Blanca y altos líderes militares estadounidenses dijeron públicamente que eso no estaba verificado.
También los insurgentes afganos desmintieron el contenido del artículo.
Tensión en la línea de contacto de la India y China
El canciller declar'o también que Rusia saluda la reducción de tensiones entre la India y China en la línea de contacto, declaró el ministro de Exteriores de Rusia.
"Tuvieron incidentes en la línea de contacto, muy tristes, pero saludamos lo que inmediatamente se llevaron a cabo contactos entre los militares y se continúan, hay ciertos acuerdos concretos sobre la desescalada de la situación", dijo Lavrov.
Rusia, continuó, ve "el interés tanto indio como chino de no permitir un deterioro de las relaciones".
China y la India disputan una parte del territorio montañoso del norte de la región de Cachemira, además de unos 60.000 kilómetros cuadrados en el estado de Arunachal Pradesh. La Línea de Control Actual, que separa a los dos países, pasa por la región de Ladakh.
Ambas naciones desplegaron tropas adicionales en la zona tras el incidente, que ocurrió luego de que militares chinos instalaran varias tiendas de campaña y empezaran a construir una infraestructura cerca del río Galwan que, según la India, podría alterar el statu quo.
El 6 de junio, los jefes militares de la India y China en la zona mantuvieron una reunión que, según Nueva Delhi, se desarrolló en un ambiente cordial y en la que ambas partes quedaron en resolver pacíficamente las desavenencias.
No obstante, el 15 de junio se produjo un nuevo enfrentamiento que se saldó con 20 muertos y 76 heridos entre los militares indios. Aunque Pekín no reportó bajas tras el encontronazo, fuentes del ejército indio estiman que al menos 45 soldados chinos murieron o resultaron heridos.
