Del cubrebocas se está encargando el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Jalisco. El equipo fue liderado por el catedrático e investigador Miguel Huerta.
Con un equipazo, estamos por terminar un proyecto súper fregón:
— Miguel Huerta (@MiguelHta) July 10, 2020
Un cubre bocas que permite ver sonrisas, incluyente (para leer los labios)
Re utilizable de manera indefinida. Sin riesgo de uso inadecuado. Y tan eficiente como un N95.
Y lo mejor, hecho y diseñado en México. pic.twitter.com/NARAAKBQLc
La mascarilla tiene un diseño ergonómico. Se hará de botellas recicladas y silicón, uno de los plásticos más respetuosos y no pétreos del planeta, asegura Huerta. Asimismo, debería ser reutilizable de forma indefinida con la finalidad de reducir la huella ecológica. En cuanto a su capacidad de retención del virus, se espera que sea tan eficiente como un respirador de categoría N95. Contará con filtros antihumedad y un plástico antiempañante.
Estos son los bocetos de su forma final dibujados por las diseñadoras Michelle González y Paulina Ramírez.
Por favor no la vayas hacer con cintas a las orejas es doloroso ,cansado y las lastiman el personal de salud lo agradecerá .
— solidaria (@evaluz71008890) July 11, 2020
El protector facial que debería nacer del proyecto se distingue de sus competidores en el hecho de que permite ver expresiones faciales y los labios, lo que puede ser crucial para quienes dependen únicamente de la comunicación visual. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 5% de la población mundial carece de facultades auditivas.
La mascarilla será producida por quien pueda garantizar su bajo costo. Según Huerta, costará menos de 50 pesos (2,25 dólares).