El Banco de México, por ejemplo, estimó el 16 de julio que existen condiciones para una rápida recuperación en cuanto se pueda suspender el distanciamiento social. En el mismo sentido, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que, a pesar de la súbita caída de la economía, la situación mejorará una vez que se supere la actual crisis sanitaria.
Especialistas consultados por Sputnik resaltaron que las dos perspectivas, si bien contradictorias, coinciden en que la incertidumbre generada por la pandemia de COVID-19 es un factor determinante para establecer la profundidad de la crisis económica en México, así como el ritmo de recuperación de este país en los siguientes meses.
Para Dussel, la falta de control sobre los contagios de COVID-19 a nivel mundial explica el pesimismo de los organismos internacionales sobre la economía mundial. En ese sentido, México no es la excepción y, por eso, desde su perspectiva la caída del PIB se profundizará, acorde con las primeras proyecciones compartidas por Banxico.
"Originalmente se planteaba que iba a haber una rápida recuperación en tipo V. Lo que estamos viviendo en nuestra economía es que esa V se profundiza y profundiza, mientras que el proceso de recuperación se da, en el mejor de los casos, muy lento. No vamos a recuperarnos, en términos de salud y de la economía hasta que haya una vacuna… Entonces, no sabemos hasta dónde se podrá profundizar esta V, y por eso hago referencia al escenario un tanto desapercibido de que el tercer trimestre de este año pudiera ser peor que el segundo", agregó.
"Hasta que no tengamos una vacuna, cabe esperar que la recuperación sea muy gradual, asumiendo que lo peor lo vimos en abril y que, al respecto, autoridades de varios países han comentado que no estarían pensando en implementar medidas de contingencia tan severas como las que vimos en abril. Por ello, esperaríamos que, hacia adelante, se dé una recuperación, pero muy de la mano de la reapertura de las economías y del daño estructural que pudieron haber causado estos cierres", consideró.
En particular, Quiroz alertó sobre la situación de los sectores productivos en México, ya que diversos pronósticos apuntan a la reducción o al cierre definitivo de varias empresas, lo cual tendrá un impacto directo en la ocupación laboral de la población.
En abril, López Obrador adelantó algunas medidas para enfrentar la crisis económica tras la pandemia. Entre ellas, destacó el otorgamiento de 2.000.000 de créditos a trabajadores formales e informales de todo el país, el mantenimiento de los apoyos sociales entregados por su administración, así como la profundización de las medidas de austeridad en el servicio público federal.
Asimismo, en junio se dio a conocer que el Banco Mundial (BM) aprobó una línea de crédito por 1.000 millones de dólares al Gobierno mexicano, quien afirmó que esos recursos se destinarían al reforzamiento de sus políticas de financiamiento para el desarrollo, específicamente al rubro de inclusión financiera.
Por su parte, el Banco de México ha anunciado varias medidas sobre su política monetaria, como la reducción de su tasa de interés a 5%, a la par de sus acciones para inyectar liquidez en la economía nacional.
Aunque Janneth Quiroz vio como una acción deseable un mayor apoyo hacia las pequeñas y medianas empresas, destacó que, por el tipo de economía que tiene México, difícilmente se podrían otorgar los estímulos requeridos por este sector sin incurrir en un aumento de la deuda externa nacional.
"En caso de que se incurriera en algún incremento en la deuda, dar a conocer un plan de los plazos para liquidarla podría ayudar a impedir que los negocios se declaren en quiebra y se les apoye para que, una vez que se pueda abrir la economía plenamente, estén en posibilidades de seguir operando y eso, a su vez, genere mayores ingresos para el Gobierno. Si esos negocios no tienen la capacidad para seguir operando, eso implicaría que, en los próximos años, no estarían generando ingresos tributarios", explicó.
A su vez, Enrique Dussel indicó que la exigencia de políticas anticíclicas por parte de ciertos especialistas parte de la falta de reconocimiento sobre las acciones que está impulsando el Gobierno para reactivar una economía con diversos problemas estructurales.
"Las pequeñas y medianas empresas están completamente desamparadas, porque con los apoyos de 25.000 pesos (poco más de 1.100 dólares) no les alcanza ni para pagar la nómina de un día. Tienen 10, 15, 50 o 100 trabajadores y eso les sirve de poco. Pero, estamos haciendo lo que se puede en un país donde las élites no pagan impuestos y donde los ingresos tributarios son de los más bajos de América Latina. Esa es la realidad y no da", recordó.