El Grupo de Contacto para Donbás celebró una videoconferencia el 22 de julio, en la que las partes acordaron cesar el fuego a partir del 27 de julio a lo largo de la línea de separación.
"Este acuerdo es un paso importante dado en el camino que lleva al cese del fuego pleno y duradero y también al cumplimiento de una de las decisiones clave la cumbre del "Cuarteto de Normandía" celebrada en París. El cese de las hostilidades, tan largamente esperado, aliviaría sin duda la complicada situación en que vive la población civil de la zona del conflicto", dijo Rama citado por la oficina de prensa de la OSCE.
También señaló que Albania, al presidir la OSCE en 2020, ve su tarea prioritaria en hacer un aporte a la solución negociada de la crisis en Ucrania.
En este contexto, la portavoz de la Cancillería de Rusia, María Zajárova, declaró que Moscú espera que las partes del conflicto en Donbás cumplan las medidas del cese de las hostilidades acordadas.
"Tomamos nota del avance conseguido en el cumplimiento por Kiev, Donetsk y Lugansk de las decisiones de la cumbre del Cuarteto de Normandía celebrada en París", dijo en una sesión informativa para los medios.
La diplomática recordó que durante la reunión telemática del Grupo de Contacto para Donbás las partes firmaron el documento llamado Medidas adicionales de fortalecimiento del régimen del cese del fuego que estipula dar a partir del 27 de julio pasos dirigidos a mantener el armisticio a lo largo de la línea de separación de las partes en conflicto.
"El logro de estos acuerdos fue resultado del diálogo directo sostenido por los representantes de Kiev, Donetsk y Lugansk y apoyado por Rusia y la OSCE. Esperamos que las medidas coordinadas se cumplan, lo que es lo fundamental", subrayó Zajárova.
Según comentó a Sputnik Rodión Miroshnik, representante de la autoproclamada República Popular de Lugansk en el subgrupo político del Grupo de Contacto, las medidas en cuestión prohíben la labor de los saboteadores, el uso de aparatos aéreos y armas de fuego, incluidos los fusiles de francotiradores, y el despliegue de artillería pesada en los poblados y cerca de las obras de infraestructura.
Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en unos 13.000 muertos.