Este es el caso de los misiles rusos aire-aire que tienen tres rayas negras pintadas sobre ellos, lo que suele significar que el proyectil es en realidad una maqueta a gran tamaño. Estas maquetas suelen emplearse durante las pruebas de vuelo de las aeronaves que portan este tipo de misiles.
Al mismo tiempo, también puede haber misiles que ni siquiera tienen el empenaje. Este tipo de misiles se usa, en cambio, para el entrenamiento de pilotos en combate aéreo. Pero ¿por qué los pilotos se entrenan con unos misiles que ni se pueden lanzar?
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La respuesta es al mismo tiempo simple y complicada. Ante todo, tiene que ver con la economía: prácticamente todas las armas guiadas, aparte de ser costosas, tienen una vida útil limitada. Su duración definitiva depende de factores como el número de despegues-aterrizajes de su portador, la cantidad de veces que se encendieron sus sistemas o el tiempo que estuvieron encendidos.
Por esta misma razón, para no desgastar este recurso y no malgastar los impuestos de los contribuyentes, prácticamente todas las Fuerzas Armadas cuentan con imitadores de misiles y bombas. Estos se usan para la formación de las tripulaciones de las aeronaves en uso.
Un ejemplo de estos imitadores son unos misiles vacíos que solo tienen los sistemas de guiado y el equipamiento mínimo necesario para su empleo y para que puedan transferir los datos sobre los blancos seguidos a los pilotos. Como estos misiles no tienen que volar a ninguna parte, no llevan ni motores, ni cargas explosivas.
Mientras en Rusia se usan tres rayas negras sobre los misiles, en EEUU los proyectiles de entrenamiento se pintan en color rojo.