Con el Obelisco porteño de frente y ante una urbe con poco movimiento, ya que apenas comienza a flexibilizarse la cuarentena en la ciudad de Buenos Aires, se destapa una gran olla de metal como la que todos los días alimenta a miles de ancianos, adultos y niños que no tienen alternativa para comer en las zonas más pobres.
Organizaciones sociales de #Argentina llevan adelante la séptima jornada de #ollaspopulares frente al #Obelisco de la ciudad de #BuenosAires y replicada en los barrios vulnerables para demandar apoyo del Gobierno porteño pic.twitter.com/GDKiR7NUNr
— Sputnik Reporteros (@Sputnik_Report) July 30, 2020
Por séptima semana consecutiva, cuatro de las principales organizaciones sociales de formación e integración barrial y popular en el ámbito de la ciudad reclamaron al Estado mayores recursos para hacer posible su labor de acompañamiento y gestión de la crisis económica, sanitaria y social que se vive en los barrios vulnerables de la capital argentina.
"Venimos realizando la campaña Somos Esenciales para que el Gobierno de la ciudad reconozca las tareas de cuidado de las compañeras cocineras, promotoras de salud, de género, las que están en las consejerías de la mujer, todas realizando un montón de trabajo en esta pandemia, vacunando, asistiendo a familias con alimentos y muchas otras tareas comunitarias que en este caso son de una importancia vital", dijo a Sputnik Walter Córdoba, coordinador de la organización Barrios de Pie.






El referente aclaró que aumentó por cuatro la cantidad de personas que necesitan de las ollas populares para comer como consecuencia de la imposibilidad de trabajar durante el aislamiento social preventivo obligatorio, así como por el cierre de las escuelas, donde almuerzan los niños, y de algunos comedores y merenderos por miedo o consecuencia de los contagios de COVID-19.
"La pandemia lo complicó todo, tuvimos varios compañeros y compañeras infectados, hemos perdido dos compañeros, Agustín Navarro y Carmen Canaviri. Tuvimos la necesidad de salir a la calle a visibilizar lo que venimos haciendo. Pretendemos que el Estado reconozca este trabajo con un sueldo digno y que garantice los insumos y recursos necesarios. Hoy la figura es la del voluntariado, pero es un trabajo de tiempo completo, los 365 días de año, para muchos", amplió Córdoba.
La pandemia del nuevo coronavirus dejó más que nunca al descubierto las desigualdades en la sociedad, sobre todo en Buenos Aires, la ciudad más rica de Argentina. Mientras que 10% de la población porteña vive en las villas y barrios carenciados, más de 22% de los contagios se registraron en estas zonas, donde las personas viven hacinadas y en muchos casos sin acceso a agua potable ni red cloacal.
"Exigimos un Fondo de Emergencia urgente, con fondos públicos aportados por los sectores más ricos de la ciudad, para reconocer el trabajo no pago de miles de compañeras y compañeros, para realizar las obras que nos permitan acceder al agua potable, para reurbanizar las villas. Porque si algo sabemos es que el virus no distingue entre ricos y pobres, pero la desidia del Estado sí", denunciaron desde Barrios de Pie.