A finales de junio el Pentágono envió a la base aérea Eielson, en Alaska, tres cazas de quinta generación F-35A. Los primeros dos cazas llegaron en abril, el tercer avión llegó en mayo de 2020 así que ahora el número total de los aviones F-35A en la base se cifra en seis.
Está previsto que los pilotos de los cazas F-35A de la base aérea Eielson continúen entrenándose junto con el 18 Escuadrón Agresor equipado con los aviones F-16 Fighting Falcon y los F-22 Raptor de la Tercera Ala desplegada en la base aérea Elmendorf-Richardson, también ubicada en Alaska.
EEUU avanza en el extremo norte
Desde 2013 en Estados Unidos existe la Estrategia Nacional para la Región Ártica, que regula las acciones de Washington en el extremo norte del planeta.
Alaska es el mayor centro para la presencia militar de EEUU en la zona ártica: allí cuenta con 28 aeródromos de diferentes tamaños que puede recibir hasta 600 aviones de combate. La base aérea Eielson es uno de los principales baluartes del país norteamericano en la región, y por eso recibe unos de los primeros cazas F-35A en Alaska.
De acuerdo con los planes de EEUU, los aviones militares y submarinos son las armas con las que EEUU a corto plazo podría tratar de contener a la Federación de Rusia en el Ártico.
Ahora que los F-35A solo están en la parte inicial de su largo camino hacia Alaska —que durará aproximadamente un año y medio—, el estado cuenta con la presencia de 42 aviones F-22, cuya tarea principal es brindar apoyo y proteger los sistemas de defensa antimisiles. Entretanto, estos cazas de superioridad aérea también tienen capacidades ofensivas y podrían ser usados para realizar un ataque contra el que cuestiona los intereses estadounidenses en la región.
La agrupación militar desplegada en el estado de Alaska se cifra en 27.000 efectivos y, además, 14 buques de guardia costera. Y es de esperar que el tamaño de esa agrupación crezca en el futuro.
Otra parte importante del camino hacia la mayor presencia de EEUU en el Ártico que el país baraja es la compra o el desarrollo de sus propios rompehielos, un tipo de nave importante si desea fortalecer su presencia en el extremo norte del globo.
Intereses y capacidades de Washington
Ya durante la presidencia de Barack Obama EEUU señaló que tenía intereses fundamentales de seguridad nacional en el Ártico. Según la política oficial de la Administración Obama, el país norteamericano está listo para defender los suyos en la zona por sí solo o en colaboración con otros países, socios y aliados.
La lista de los intereses de Estados Unidos incluye el despliegue de defensa antimisiles y sistemas de alerta temprana, disuasión estratégica, presencia naval permanente y los vuelos en la zona. Los planes militares de EEUU, entre otras cosas, están encaminados a la protección de su presencia comercial en el Ártico.
Los estadounidenses empezaron su expansión en la región ártica ya a finales de la década de los 2000, pero en aquella época carecían de capacidades para solidificar su presencia. Ahora las cosas están cambiando y EEUU empieza a jugar un papel cada vez más importante en la región.
Pero sería incorrecto decir que EEUU estaba ausente en el Ártico en el pasado porque desde hace décadas tiene a su disposición la base aérea de Thule, situada en el noroeste de Groenlandia.
Hoy la importancia de esa base es incluso mayor teniendo en cuenta el creciente interés y las nuevas capacidades de Washington en el Ártico. Groenlandia y Alaska son las dos puertas de EEUU al Ártico.
Rusia no ataca, sino que se defiende en el Ártico
Rusia desplegó los sistemas de misiles antiaéreos S-400 en las islas árticas rusas, pero lo hizo exclusivamente con fines defensivos, declaró en una entrevista con Sputnik el embajador en misión especial del Ministerio de Exteriores de Rusia, Nikolái Korchunov.
Las actividades rusas encaminadas a la modernización de sus Fuerzas Armadas y los entrenamientos militares rusos en la zona no son excesivos y tienen un solo propósito: la defensa de sus territorios. Las acciones de Rusia son la respuesta a la situación geopolítica y militar y no buscan amenazar a otros países que tienen salida al Ártico ni violan ningún acuerdo internacional, prosiguió el diplomático.
Korchunov también subrayó que Rusia en ninguna ocasión desplegó sus contingentes militares en los territorios árticos de otros países ni dio permiso a otros países para que desplegasen sus tropas en la zona ártica rusa.
Al mismo tiempo, la Administración Trump hace todo lo posible para no permitir el aumento de la influencia de sus adversarios en la zona ártica. E insiste también en el papel extraordinario de su país en los asuntos del extremo norte al tratar de imponer su propio enfoque sobre la presencia en esta zona de importancia primordial, concluyó.