Las llamadas "colas del hambre" siguen creciendo en España y cada día se hace más difícil repartir alimentos a los más necesitados, aquellas familias que quedaron en estado de vulnerabilidad debido a la crisis económica que dejó la pandemia del coronavirus.
Conrado Jiménez, presidente ejecutivo de la Fundación Madrina, explica que la llegada de las vacaciones y el cierre de algunos comedores sociales ha dificultado aún más la situación.
En la parroquia Santa María Micaela y San Enrique, en Madrid, se puede ver cómo miles de familias hacen cola para obtener un poco de comida.
"En este momento estamos atendiendo a 400 familias en situación vulnerable, a 400 madres con niños en situación vulnerable. Luego, en Santa Eugenia, estamos repartiendo menús, unos 1.800, el 60% de todos los menús que hacen World Central Kitchen y otros restaurantes, Miele también nos está dando. Lo estamos repartiendo a todas las familias, cerca de 2.000, 2.500, 3.000 familias al día ", indica Jiménez.
"Todos los días salen siete toneladas de alimentos y tenemos que reponerlos. En este momento están cerrados todos los comedores sociales, Cáritas, Cruz Roja, están cerrados los bancos de alimentos, no tienen alimentos, entonces estamos acudiendo un poco a la caridad, a la providencia, todos los días rezamos y gracias a Dios esas siete toneladas de alimentos se vuelven a llenar con otras siete toneladas que vienen de donaciones particulares. Pedimos también a Alemania y a otros sitios que nos ayuden porque la situación es insostenible. Esto va creciendo, se va prolongando en el tiempo la situación de crisis y no hay ninguna cobertura ni estatal ni comunitaria que pueda sostener esta situación", advierte Jiménez.