A raíz de eso, grupos de ciudadanos en diversos países han salido a las calles en distintas ocasiones a protestar contra la adopción de la prometedora tecnología que ofrecerá una velocidad de conexión 10 veces más rápida que la generación anterior 4G. Han incluso surgido gadgets supuestamente capaces de proteger al usuario de la peligrosa radiación.

"Todavía es temprano para hablar sobre el impacto de las redes 5G, ya que aún no han entrado en operación comercial y, hasta ahora, todas las discusiones sobre este asunto son solo especulativas", apuntó Vladislav Mohamed Ali, director médico del servicio de salud SberZdorovye a la agencia Prime.
El experto ruso considera que "tal vez el uso de 5G conducirá a ciertos cambios", pero que no hay nada que temer, ya que se han realizado —y se siguen realizando— investigaciones sobre las posibles consecuencias de esta red inalámbrica en nuestro organismo y, de momento, no hay pruebas de que nos cause daños.
El académico, que lidera un equipo dedicado a estudiar la cuestión de 5G y sus regulaciones internacionales, agregó que todavía no ha encontrado "grandes señales de alarma" en el límite de radiación electromagnética comúnmente aceptado en los estándares internacionales actuales que se aplican a las tecnologías móviles.
Una investigación reciente llevada a cabo por científicos de la Universidad de Oregon (EEUU) también encontró que la tecnología inalámbrica de quinta generación parece presentar pocos riesgos para la salud. Al observar los efectos de la radiación en embriones de peces cebra, cuyo genoma y procesos de desarrollo son similares a los humanos, se descubrió que ella parece no tener impactos significativos en la formación de dichos embriones, su respuesta a la luz o su riesgo de muerte.
"Según nuestro estudio, no creemos que la radiación 5G sea tan dañina", apuntó Subham Dasgupta, líder de la investigación.