Entre el 6 y el 9 de agosto de 1945 EEUU demostró su capacidad nuclear convirtiéndose en el primer y único país hasta el momento en lanzar bombas atómicas, además de haberlo hecho contra civiles. Primero fue en la ciudad de Hiroshima y después en Nagasaki. Decenas de miles de personas murieron de manera inmediata.
En 1945 EEUU y Japón llevaban cuatro años enfrentados en el marco de la Segunda Guerra Mundial. El 26 de julio el presidente Harry Truman advirtió a los japoneses que si no se rendían les esperaba "una destrucción rápida y absoluta". Pero nunca hizo referencia al uso de bombas nucleares. Diez días antes habían probado con éxito la bomba Trinity, la primera arma nuclear que se detonaba en el mundo.
"Si ahora están hablando de hacer una prueba nuclear, es una señal de que todas las negociaciones de los últimos 30 años para limitar y frenar avances no existe más", lamentó Robinson.
Mejor, pero mal igual
El referente británico de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) destacó que una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial surgió el orden internacional vigente hasta el momento.
A partir de ese momento también se desató "una carrera armamentística que nos ha llevado varias veces al borde de otra guerra mundial", graficó. Y si bien el entrevistado remarcó que "ahora la situación es un poco menos riesgosa en cuanto a ojivas, pasamos de 70.000 a 14.000 entre nueve países, es cada vez más tensa, por ejemplo entre EEUU, Rusia y China".
El último fue el de Cielos Abiertos en mayo de 2020. Un año antes había sido el INF con Moscú sobre misiles de rango corto y medio. Y anunció que podría romper también con los llamados Acuerdos Start (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas), de reducción de los arsenales.
La primera versión se firmó previo la disolución de la URSS y la tercera en 2010, con vencimiento en 2021. Robinson reconoció que en las últimas semanas Washington aceptó negociar con Moscú los nuevos términos, pero alertó por la aparente falta de voluntad de concretarlos.
"Estar en negociaciones siempre es buena señal, pero lo que me parece que hace falta aquí es buena fe, y la mayoría de la buena fe tiene que venir por parte de EEUU porque ellos están rompiendo acuerdos", apuntó Robinson.
Conciencia del horror
Para el referente de ICAN los horrores en Hiroshima y Nagasaki no han logrado la concientización social global, en buena medida porque no ocurrieron en Occidente. "Se trata de un racismo abierto. Como es gente que no es blanca, no importa, 'eso no nos va pasar a nosotros'", señaló.
Pero por otro lado manifestó que tampoco en Japón existe una dimensión cabal del lo que pasó hace 75 años. "La conciencia de estos temas hoy día es muy baja en la sociedad civil. La verdad es que nadie sabe qué pasó en Hiroshima y Nagasaki, y los sobrevivientes japoneses que estaban con nosotros para relatarnos su testimonio son poquísimos ahora", apuntó.
Otros sobrevivientes
Las fotos de la tragedia en Hiroshima conmueven y duele de solo mirarlas. También sorprende ver como hay árboles que resistieron las bombas y la radiación.
Son unos 160 los que sobrevivieron, 30 de los cuales permanecen en el mismo lugar en que se hallaban cuando explotó la bomba. De esos árboles han salido semillas que dieron vida al proyecto Green Legacy Hiroshima (Legado Verde de Hiroshima).
Las recibieron en 2012 y "ya germinaron todas, hubo un proceso bien entretenido", aseguró el experto. Son tres las especies que recibieron: ginkgo biloba, alcanforero y sombrilla china. "Entre las tres suman poco menos de 200 árboles", contó Jimenez-Castillo.
Como parte del programa, el académico chileno pudo visitar Hiroshima y aseguró que después de ver en persona la ciudad entendió el mensaje oculto de aquellas semillas.
"Es una experiencia que marcó mi vida. Estar ahí, conversar con voluntarios del proyecto, con sobrevivientes de la bomba y conocer esos árboles fue superespiritual. Me generó una forma distinta de ver la vida", afirmó.