Son varios los países de la región que superaron récords de contagios en la última semana: Chile pasó los 375.000, Colombia los 345.000, Ecuador los 98.000 y Bolivia los 85.000, los más importantes.
En Centroamérica y el Caribe, Panamá es el caso más grave, con más de 75.000 positivos; luego, Costa Rica superó la marca de 25.000 casos, El Salvador la de 20.000, y Puerto Rico la de 10.000.
"Cada día se están notificando más de 100.000 casos nuevos en las Américas. Más de la mitad de estos se registran en Estados Unidos, pero también estamos observando picos preocupantes en lugares que habían logrado contener sus epidemias desde fechas muy tempranas, como Colombia y Argentina", dijo en su reporte semanal la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne.
Eso no impidió que más de 10 comunas de Santiago y otras 20 en todo el país se encuentren en el proceso de transición debido a sus buenos indicadores, siendo esto parte del plan gubernamental llamado "Paso a Paso", que busca desconfinar totalmente el país de manera paulatina.
Sin embargo, y según datos del ministerio de Transporte, en el primer día del paso a transición se registraron aumentos en el tránsito vehicular del 7,92% en el Gran Santiago, y 6% en la ciudad.
Decesos
Sólo cuatro de las 10 naciones de Sudamérica tienen menos decesos por COVID-19 que China, el tercer país más grande del mundo, donde nació la enfermedad.
La curva de muertes en Brasil es la de un paciente cardíaco. Allí fallecen cada dos días la misma cantidad de personas que en Argentina desde que comenzó la pandemia.
Entre ambos países se contraponen dos políticas posibles ante un conflicto de esta gravedad, aunque el resultado es el mismo: un libre albedrío abierto, o uno clandestino.
Si la pandemia se tratara de un partido de fútbol, Argentina atraviesa un pésimo segundo tiempo; con marcas que se superan informe tras informe.
Es allí y en Colombia donde comienzan a preocupar a las autoridades la cantidad de fallecimientos.
Vacuna
En esta semana, Brasilia y Moscú acordaron la producción de la vacuna Sputnik V, algo que separó a Brasil del resto de la región, encolumnada detrás de México y Argentina, elegidos como fabricantes de la droga desarrollada por AstraZeneca y la Universidad británica de Oxford.
En Centroamérica, el anuncio hecho por el presidente ruso, Vladímir Putin, generó mucha expectativa.
"Es la primera vacuna contra el coronavirus en el mundo, y tenemos que felicitar a la Federación de Rusia por ser los primeros en registrar esta protección que la humanidad esperaba y espera", destacó en su alocución diaria la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo.

La posibilidad de inocularse contra la cepa que hace casi medio año nos tiene encerrados ha reavivado las expectativas individuales de millones de personas en Latinoamérica, y así lo demuestran las tendencias los motores de búsqueda, los cuales registran al término "voluntariado" como búsqueda relacionada a la vacuna en algunos países de la región.
No obstante, se encienden algunas luces de alerta que indican que la situación podría decantar en una relajación social. Aún cuando todavía falta poco menos de un año para que esa vacuna, la idealizada salvación, pueda ser distribuida masivamente.