"Incluirá a 70 personas, habremos terminado de formarlo entre hoy y mañana y vamos a organizar una primera reunión del consejo", declaró a la estación de radio Ejo Moskvi Olga Kovalkova, representante de Tijanóvskaya en la reciente campaña electoral.
La víspera, Kovalkova avanzó en Facebook una lista preliminar de 35 nombres, entre ellos la Premio Nobel de Literatura 2015, Svetlana Alexiévich.
Kovalkova también anunció la opositora Tijanóvskaya pronto volverá su país.
"Ella en realidad no tenía planes de irse de aquí, por eso estoy segura que Svetlana regresará muy pronto", dijo.
"Si una persona ha cometido un delito y su culpabilidad está probada, debe estar sujeta a persecución penal. Es un criterio para todos, sin importar si ha sido presidente o si es un ciudadano común. Por tanto, si se prueba la culpabilidad de alguna persona que cometió un delito, entonces debe rendir cuentas", dijo Kovalkova a la emisora rusa Ejo Moskvi.
Según la ley de Bielorrusia, el presidente del país goza de inmunidad.
Además, el Consejo de Coordinación de la oposición bielorrusa ve necesario que la Unión Europea y Rusia participen como mediadores en las consultas entre las autoridades y la oposición de Bielorrusia, declaró Pável Latushko, exministro de Cultura bielorruso (2009-2012) y miembro del consejo.
"Hace falta que desempeñen su papel nuestros vecinos, Rusia y la UE (...) Estamos interesados en que estos estimados socios también proporcionen su consejo, su mediación entre la sociedad, que en cierta medida estará representada por el Consejo de Coordinación, y las autoridades", dijo Latushko ante la prensa.
Expresó su convicción de que esa iniciativa corresponde tanto a los intereses de Rusia como a los del bloque comunitario.
La oposición bielorrusa impugna los resultados de las elecciones del 9 de agosto, que revalida en la presidencia al actual mandatario, Alexandr Lukashenko, en el poder desde 1994, y exige una repetición de los comicios, opción que el jefe del Estado ha descartado en términos contundentes.
En la noche del 9 de agosto, tras publicarse el primer corte del escrutinio oficial que daba la victoria a Lukashenko, en Bielorrusia estallaron protestas multitudinarias que las fuerzas de seguridad reprimieron en los primeros días con gases lacrimógenos, balas de goma, cañones de agua y granadas aturdidoras.
Según el Ministerio del Interior, los enfrentamientos entre los agentes del orden y los manifestantes se saldaron con dos muertos, cientos de heridos, entre ellos un centenar de policías, y más de 6.700 detenidos.