Según las últimas informaciones del Ministerio del Interior de Bielorrusia, un total de 122 personas, detenidas los últimos días, siguen en centros de detención preventiva.
Las protestas se desataron a lo largo y ancho de Bielorrusia después de que se anunciara que Alexandr Lukashenko, presidente del país desde hace cerca de 26 años, había sido elegido otra vez al más alto cargo de la política bielorrusa.
Según datos del órgano electoral del país, el mandatario recibió más de un 80% de los votos, un número que la oposición se negó a reconocer.
Diversas manifestaciones contra Lukashenko y el recuento de los votos se han reprimido duramente. Los agentes del orden utilizan gases lacrimógenos, cañones de agua, granadas paralizantes y balas de goma contra los manifestantes.