Según la denuncia, Souza fue la responsable de "idear el homicidio, organizar y convencer al ejecutor directo y a los demás acusados de participar en el crimen bajo la simulación de que ocurrió un latrocinio [robo seguido de muerte]".
Anderson do Carmo fue asesinado con más de 30 tiros cuando llegó al garaje de la casa donde vivía con su familia en Niteroi (Río de Janeiro).
Flordelis Souza y sus hijos aseguraron desde el principio que habían sido unos ladrones, pero para la Policía, desde el principio, quedó claro que había intención de matar, no de robar, porque la víctima ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar.
Poco después del asesinato, en el funeral, la Policía detuvo a Flávio dos Santos, hijo biológico de la diputada, acusado de ejecutar los disparos que mataron al pastor.
Según las investigaciones, Flordelis ya planeaba desde 2018 el asesinato de su exmarido; lo intentó en cuatro ocasiones, una de ellas envenenando la comida.
La motivación principal serían cuestiones financieras y de poder en la familia, ya que el pastor controlaba todo el dinero que generaba la iglesia que los dos habían fundado juntos, el Ministério Flordelis.
Flordelis no pudo ser detenida porque goza de inmunidad parlamentaria, pero tendrá que responder por cinco delitos diferentes: homicidio, asociación criminal, falsedad ideológica, uso de documento falso e intento de homicidio.
La Policía cumple el 27 de agosto órdenes de prisión contra nueve de los 11 denunciados por el asesinato del pastor; de momento, según la prensa local, ya fueron detenidos seis hijos y una nieta.