La ley rusa vigente autoriza la captura de animales marinos solo a los pueblos autóctonos y con fines científicos, culturales y educativos. El ex viceprimer ministro Alexéi Gordéev dijo en 2019 que el Gobierno estudiaba prohibir su captura con fines culturales y educativos.
Posteriormente los ecologistas apelaron a la viceprimera ministra Viktoria Abrámchenko y a los diputados de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) pidiendo enmendar la legislación del país.
"Los participantes de la coalición Libertad a las Orcas y las Belugas no aceptaron la decisión del grupo de trabajo designado por el Gobierno y decidieron recurrirla en los tribunales. En la etapa de presentación de la querella como demandantes actuaron 21 ciudadanos de la Federación de Rusia, que es el mínimo necesario según la ley para presentar la demanda colectiva, admitida a trámite por el tribunal urbano de Yuzhno-Sajalinsk, que fijó la audiencia para el 9 de octubre", informó a Sputnik el presidente de la ONG Ecoguardia de Sajalín, Dmitri Lisitsin.
También dijo que a la demanda colectiva puede unirse cualquier ciudadano de Rusia firmante de la iniciativa en cuestión, que contó con el apoyo de 100.000 ciudadanos.
El equipo del oceanógrafo Jean-Michael Cousteau, que había participado en Primorie (extremo oriente ruso) en la operación de liberación de las orcas cautivas, dirigió en su momento una carta a las autoridades de Rusia expresando su respaldo a esta iniciativa.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ordenó a los respectivos ministerios decidir la suerte de estos animales en cooperación con los científicos.
La operación de liberación de las orcas y las belugas comenzó en junio de 2019, el primer grupo fue llevado el 27 de junio al mar de Ojotsk, que es su medio natural, los demás animales fueron soltados en el mar de Japón el 10 de noviembre.