"Consideramos profundamente insultantes las acusaciones de deseo de 'ocultar la verdad' presentadas por las capitales occidentales contra los médicos de Omsk que prestaron inmediatamente a Navalni una asistencia de alta calidad", dice un comunicado del ente publicado en su página web.
El Ministerio subrayó la inadmisibilidad de las acusaciones infundadas, agregando que Rusia aboga por "una investigación exhaustiva y objetiva" del caso Navalni.
Durante la reunión, Rusia destacó la prisa con la cual Washington y Bruselas aceptaron la versión sobre un supuesto envenenamiento intencional de Navalni.
Recordó también que los médicos alemanes que llegaron a Omsk para trasladar a Navalni a la clínica berlinesa Charité recibieron su completo historial médico.
En este contexto, la Cancillería rusa expresó su esperanza de que "los médicos alemanes actúen con profesionalidad y no permitan que los resultados de sus estudios de laboratorio se usen con cualquier objetivo politizado".
El 20 de agosto, Navalni se sintió mal durante un vuelo de la ciudad de Tomsk a Moscú, lo que obligó a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia en Omsk. El opositor fue ingresado en un hospital de Omsk en estado de coma.
Después de que los médicos de Omsk lograran estabilizar el estado de Navalni, el opositor fue trasladado a Alemania el 22 de agosto en un avión medicalizado.
La clínica alemana donde está ingresado el opositor ruso declaró el 24 de agosto que los datos del examen clínico apuntan a la intoxicación con una sustancia del grupo de inhibidores de colinesterasa, aunque el agente concreto todavía está por determinar.
Los médicos alemanes aseguraron que Navalni está grave pero su vida no corre peligro.