"En el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE se apresuraron a aprobar sus conclusiones a sabiendas inconsistentes de que las elecciones en Bielorrusia supuestamente no fueron ni libres ni justas", señaló Lukashévich en una reunión de la OSCE.
El diplomático recordó que la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE (OIDDH) se negó a enviar una misión de observadores a Bielorrusia para vigilar los comicios que se celebraron el 9 de agosto.
"No está claro en qué se fundamentan el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE para hacer sus afirmaciones", enfatizó.
Lukashévich constató que pese a las incongruencias, los organismos europeos ya pusieron en marcha su maquinaria de sanciones contra los bielorrusos y acordaron financiar a los medios de comunicación vinculados a la oposición.
"No se toman en cuenta las consecuencias de estas decisiones apresuradas que rayan en intentos de injerencia en los asuntos de un país soberano", alertó.
El diplomático increpó a la OIDDH por renunciar al seguimiento de los comicios.
Lukashévich cuestionó "los intentos absurdos de la OIDDH de cargar la culpa por ello al Gobierno bielorruso" y las declaraciones sesgadas de este organismo sobre el proceso electoral.
"Tras las elecciones la OIDDH, echando leña al fuego, se permitió afirmar que se había infringido el proceso electoral en Bielorrusia y acusó a la policía de violencia contra los manifestantes citando ciertos informes no verificados de fuentes dudosas. Creemos que son inadmisibles ese tipo de declaraciones políticas sesgadas e irresponsables de la OIDDH", recalcó.
Este comportamiento de la OIDDH, advirtió Lukashévich, socava la confianza no solo en esta estructura en particular, sino también en toda la OSCE en general.
"La OSCE desaprovechó la oportunidad de ayudar a las autoridades bielorrusas y la oposición a atenuar las reclamaciones recíprocas que se acrecentaban a medida que se acercaba el día de la votación", agregó.
Otras instituciones como la Asamblea Parlamentaria de la OSCE y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE) tampoco enviaron sus observadores a Bielorrusia alegando la pandemia de coronavirus.
El diplomático ruso denunció también que los países miembros de la Unión Europea que limitan con Bielorrusia, en alusión a Polonia, Lituania y otros, obstaculizan la búsqueda de una solución.
Lukashévich denunció que "esos países no desdeñan ningún método para agravar la confrontación en Bielorrusia y obstaculizar la solución".
Mediación cuestionada
El representante de Rusia ante la OSCE puso en entredicho la mediación que ofrece la Unión Europea a Bielorrusia al recordar las consecuencias de su arbitraje en Ucrania en 2014 entre el Gobierno y la oposición que derivó en un conflicto armado.
"En ese entonces los mediadores y garantes de Alemania, Francia y Polonia no impidieron el sangriento golpe de Estado en Ucrania, al contrario, se olvidaron por completo de sus compromisos y hasta ahora tratan de no recordarlo", puntualizó.
Lukashévich enfatizó que "esos sucesos desacreditaron la reputación de los países europeos como mediadores honestos, algo que también se proyecta en la OSCE".
"En cualquier caso, el imperativo debe ser el respeto de la soberanía de Bielorrusia y espero que este postulado no sea palabra hueca para los que defienden la democracia", apostilló.
Bielorrusia es escenario de protestas desde el 9 de agosto por los resultados de las elecciones presidenciales que revalidaron un nuevo periodo del actual mandatario, Alexandr Lukashenko.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos opositores reunieron juntos poco más del 4%.
La oposición bielorrusa exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.