"En mi opinión la vacuna debería ser obligatoria para todos los brasileños; no consigo imaginar como cristiano que soy que alguien reniegue de la posibilidad de continuar viviendo, que alguien opte por la muerte", dijo Doria en rueda de prensa.
El gobernador de Sao Paulo, la región de Brasil más afectada por la enfermedad respiratoria causada por el nuevo coronavirus, también celebró que en agosto las muertes por COVID-19 cayeran por primera vez desde el inicio de la pandemia.
Según los datos del gobierno paulista, las muertes cayeron un 14,8%: fueron 7.017 frente a las 8.232 de julio.
Las autoridades calculan que alrededor del 15 de septiembre el estado llegará al millón de casos de coronavirus y podría sumar ya entre 33.000 y 38.000 muertes, una cifra superior a la de muchos países.