El estudio, coordinado por el Instituto Butantan, evaluará la eficacia y la seguridad del preparado chino contra el virus SARS-CoV-2 con vistas a su posible aprobación posterior para la vacunación masiva.
Las pruebas, ya iniciadas, se llevan a cabo en la ciudad brasileña de Niterói, en el estado de Río de Janeiro. La alcaldía de la urbe reclutó exclusivamente a profesionales de la salud para los ensayos.
"Con este esfuerzo, creemos que la comunidad científica, a finales de año, llegará a la conquista de la vacuna, para que podamos volver a la normalidad de antes de esta pandemia", afirmó Rodrigo Neves, alcalde de la ciudad.
Después de pasar por entrevistas y por evaluaciones médicas, cerca de 850 personas van a recibir dos dosis de la vacuna, con un intervalo de 14 días entre ellas. Además, serán monitoreadas por los investigadores a lo largo de un año para que se analicen los resultados sobre la eficacia de la vacuna y también sobre sus posibles reacciones adversas.
De ser aprobada la vacuna, Sinovac y Butantan firmarán un acuerdo de transferencia de tecnología para la producción a escala industrial tanto en China como en Brasil para el suministro gratuito al Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil.