Marcos Lechet tiene 48 años y 43 de ellos los ha vivido con discapacidad auditiva.
El uso de mascarillas y el distanciamiento social, dos medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus, ha condenado a muchas personas con discapacidad auditiva a la incomunicación, al aislamiento, una situación que, según explica Lechet, ha provocado en muchas de estas personas cuadros de ansiedad por no poder comunicarse.
Es muy frustrante y una pesadilla para las personas sordas decir " lo siento soy sordo y leo los labios" y la persona sigue hablando....con su mascarilla opaca.
— marcos lechet (@MLechet) August 31, 2020
Asienten y se van.
Y así le pasa a Marcos, y a otras muchas de personas con discapacidad auditiva, cuando van al supermercado, cuando intenta hacer cualquier diligencia o simplemente cuando quiere compartir con sus seres queridos. "Hace tiempo que no puedo entender lo que dicen", lamenta Marcos.
"Cuando trato de hablar con mis amigos, al tener las mascarillas, nos cuesta muchísimo más mantener una conversación. No quieren quitarse la mascarilla por miedo a sanciones, sobre todo, porque estamos en la calle. Eso me angustia y entonces me limito a no hablar. Me siento alrededor de ellos, pero en silencio. También cuando hablo con mi familia, ellos hacen todo el esfuerzo posible para que yo los pueda entender. Por ejemplo, mi padre, es un señor que ya tiene su edad, se quita la mascarilla, pero también le digo que no se la quite porque me da miedo a que pudiera contagiarse por algún motivo".
Existe una solución
Por esa razón Marcos comprendió que era urgente hacer algo.
"Por eso estoy solicitando que existan mascarillas transparentes homologadas para que todas las personas puedan protegerse contra el virus, pero al mismo tiempo no nos sintamos olvidados y todos nos podamos comunicar", explica Lechet.
En menos de un mes, Lechet ha logrado reunir 85.000 firmas de personas que apoyan su petición.
"Realmente estoy muy, muy contento de esta aceptación que ha tenido la petición porque es una situación que afecta a mucha, mucha gente, sea sorda o que tenga algún espectro autista. También es una petición para el profesorado porque necesita que sus alumnos vean su rostro y estén más tranquilos y seguros. Siempre supe que una petición cuando es buena y es para ayudar a los demás, la gente actúa positivamente", indica.
La petición de Lechet llegó hasta las autoridades españolas y el 3 de septiembre fue atendido por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Hoy me he reunido con @MLechet a quien agradezco que haya puesto el foco en un tema tan sensible como la imposibilidad de que, quienes necesitan leer los labios para comunicarse, puedan hacerlo con las mascarillas que actualmente hay en el mercado https://t.co/ArLHrfEc9l pic.twitter.com/CZcxGyr2qb
— Salvador Illa Roca/❤️ (@salvadorilla) September 3, 2020
"Tanto Salvador Illa como María Jesús Lama escucharon muy atentamente lo que estaba tratando de transmitirles, porque muchas personas necesitamos leer los labios y fijarnos en gestos faciales para poder comunicarnos, cosa que las mascarillas opacas no están permitiendo. Me comentaron que habían revisado el mercado de mascarillas de nuestro país y que también han tenido contacto con los Ministerios de Consumo, Industria, Comercio y Turismo para localizar empresas que pudieran estar fabricándolas".
Mi apoyo incondicional a las mascarillas transparentes para sordos,. pic.twitter.com/84O9XMYciV
— Valeriano Fernandez Barron (@ValerianoFern20) August 29, 2020
"Me comentaron que actualmente existen tres iniciativas empresariales que están trabajando con prototipos, pero todavía por desarrollar. Siento que mi reclamo está siendo escuchado, que están trabajando en ello, sin embargo, yo sigo luchando, sigo reivindicando este derecho hasta que este compromiso se haga realidad, porque muchas personas lo necesitamos".
Todos los seres humanos deben enfrentar diversas adversidades durante su vida, y son precisamente las personas con discapacidad las que recuerdan que las barreras no se aceptan, sino que se derriban, se superan.
"A mí la sordera no me limita, me limitan son las barreras que la sociedad consciente o inconscientemente me impone", confiesa Lechet.