Las inspiraciones han sido varias, pero la necesidad es la misma: sobrevivir al bajón en la economía derivado de las medidas de cuarentena en una nación donde apenas el 20% de la población en edad laboral puede ejercer el teletrabajo.
Así, con el olor del quesillo derritiéndose en el comal y los elotes bullendo para el tamal y el atol, comenzó a mezclarse un distintivo aroma de ajo, comino y limón, que fusionado con la grasa del cerdo desata el aroma inequívoco de la comida cubana.
Ahí está la historia de un famoso cantante que cambió los escenarios por un carrito de "hot-dogs", o del mecánico de aviones que quedó en el paro tras el cierre del aeropuerto, y ahora prepara y vende un pan de maíz que gana renombre en la capital.
En este contexto han salido a relucir varios negocios especializados en la comida cubana, una apuesta arriesgada, pero a la vez seductora, y que aspira a romper la hegemonía de una gastronomía que gira alrededor del maíz y el frijol.
Saludo cubano
La pandemia fue el empujón final que necesitó la cubana Elizabeth Hernández para echar a andar un proyecto que barajaba desde finales de 2019: "Qué Volaa", el santo y seña al que todo cubano responde, ya suena a festín en la ciudad de Santa Ana (occidente).
"Nos concentramos en hacer banquetes de comida cubana, que a nuestros amigos acá les encanta, sobre todo el toque casero", relata a Sputnik esta emprendedora, quien durante la semana recibe los encargos que distribuye para el sábado y el domingo.
Con el cerdo como protagonista, en lomo o pierna asada, Qué Volaa también prepara la jugosa "ropa vieja" (carne de res deshilachada en salsa de especies, aceitunas y tomate) y la emblemática yuca con "mojo", el aderezo por antonomasia de Cuba.
"De momento queremos integrar más platos al menú y… ¿por qué no soñarlo? Quizás abrir nuestro propio restaurante acá, en la Ciudad Morena", agrega.
"Cubareña"
Sofía Baires se define como "cubareña" porque nació en El Salvador, pero ama a Cuba, por eso en estos tiempos de "rebusca" para sobrevivir decidió compaginar su labor en una organización no gubernamental local con su pasión por la comida cubana, en especial el pan con lechón.
De momento, el fuerte es el emblemático sándwich con pan baguette y lonjas de cerdo, sal y picante, que varios locales y "food trucks" venden con mayor o menor fortuna en El Salvador bajo el nombre genérico de "cubano".
"Mi familia tiene raíces cubanas y salvadoreñas, y mi propuesta es fusionar los sabores y texturas de ambas culturas, mezclarlas como un tributo a Cuba, pero que enamore a los paladares de El Salvador", explica Sofía en diálogo con Sputnik.
Su aspiración con "La Cubareña" es que cada vez más personas conozcan y saboreen una tradición culinaria diferente, y que por su cocina se abran también a la historia de Cuba, su cultura, su gente y sus valores.
Sabor a Cuba en el centro
Hasta la irrupción del coronavirus, en El Salvador había pocos espacios dedicados a la gastronomía de la isla, entre ellos:
- Habana Gourmet;
- Oye Chico;
- El Rinconcito Cubano;
- iniciativas de catering, como La Jamita Cubana.
Aledaño al anacrónico billar La Dalia, Cha Cha Chá cuenta con una ubicación privilegiada que justifica los precios del menú, donde no falta el cerdo, ni el cliché coctelero de la isla (mojito y el Cuba Libre).
Y si la comida no bastara para atraer clientes, la música salsa tocada en vivo podría ser el imán definitivo para este (otro) pedazo de Cuba en El Salvador.