"Si queremos enmendar la Constitución, deberemos especificar la celebración de los comicios presidenciales. Además quiero decir que me inclino a convocar anticipadamente las próximas presidenciales", dijo en entrevista este 9 de septiembre a canales de televisión rusos.
Lukashenko señaló que las elecciones presidenciales deberían celebrarse antes que las parlamentarias, para que el Legislativo actual funcione mientras no sea elegido el nuevo mandatario.
A su juicio, la celebración de las presidenciales anticipadas podría decidirse en diciembre o enero próximos.
En opinión de Lukasehnko, se podría traspasar ciertas competencias a otras ramas del poder, pero al timón del país debe estar un líder fuerte.
"Ciertos partidos políticos coinciden en que se debe redistribuir las competencias entre diversas ramas del poder. Sí, debe hacerse. Pero hay que recordar que Rusia y Bielorrusia son Estados eslavos, que necesitan tener un líder fuerte, lo vemos en el ejemplo de la situación en Ucrania", dijo.
Hasta el final con Bielorrusia
El presidente bielorruso excluyó que deje su país ante las protestas de los opositores.
"No abandoné ni abandonaré mi país y mis hijos tampoco lo harán", dijo el mandatario en una entrevista a varias cadenas televisivas de Rusia.
El líder bielorruso enfatizó que está decidido a defender su país con firmeza.
"No tengo nada más que mi país. Si tuviera millones, posiblemente haría lo mismo que [el expresidente ucraniano Petró] Poroshenko. Aunque lo veo poco probable. No tengo una fortuna, por eso no temo nada", remarcó.
El presidente recalcó que no permitirá a la oposición destruir Bielorrusia y el orden que impera en el país.
Lukashenko que gobierna Bielorrusia desde 1994, reconoció que tal vez cansó a la población.
"Posiblemente se cansaron de mí, pero me apoyaron [en las elecciones]", puntualizó, tras recordar que más de 80% del censo electoral votó a su favor.
Agentes rusos
Asimismo, Lukashenko declaró que la reserva de agentes de seguridad rusos formada para ayudar a Bielorrusia y prevista por el Tratado de la Unión de Rusia y Bielorrusia no se utilizó.
El pasado 27 de agosto, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que formó una reserva de agentes de seguridad para ayudar a Bielorrusia en caso de necesidad y "si la situación se sale del control".
El líder ruso remarcó que formó esa reserva a petición de su homólogo bielorruso.
Lukashenko comentó además que la policía no violó ninguna ley durante las detenciones de los participantes en las protestas no autorizadas.
"En las calles [de las ciudades bielorrusas] están trabajando las unidades antidisturbios y las tropas del Interior y su tarea consiste en estabilizar la situación y mantener el orden en el país. ¿Acaso han violado la ley? ¡Por cierto que no!", apuntó Lukashenko.
Bielorrusia lleva un mes envuelta en protestas por los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, que revalidaron un nuevo período del actual presidente, Alexandr Lukashenko.
Según el escrutinio oficial, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de la opositora Svetlana Tijanóvskaya, con el 10,12% de los apoyos.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales, insistió en que Tijanóvskaya es ganadora y exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko descartó.
