El juez del Tribunal Supremo Federal Celso de Mello determinó que el presidente "deberá ser interrogado" sin la prerrogativa del Código del Proceso Penal que permite que los jefes de los poderes de la República tengan esa alternativa siempre que sean testigos y/o víctimas.
Celso de Mello también decidió que el exjuez y exministro de Justicia Sérgio Moro tendrá derecho, a través de sus abogados, a estar presente en el interrogatorio de Bolsonaro, garantizando que haga preguntas a Bolsonaro en caso de que lo crea oportuno.
La investigación intenta aclarar si Bolsonaro intentó interferir en la independencia de la Policía Federal para realizar cambios que beneficiasen a sus hijos, sobre todo al senador Flávio Bolsonaro, que acumula acusaciones de corrupción de la época en que fue diputado estadual en Río de Janeiro.
La insistencia de Bolsonaro en realizar cambios en la cúpula de la Policía Federal en Río de Janeiro forzó la dimisión de Moro, que acusó al presidente de interferir en la corporación para proteger intereses personales, lo que provocó una grave crisis de Gobierno.