"Sí, Suecia y Francia tomaron las muestras, fueron ellos", afirmó Adebahr a la prensa.
La portavoz de la Cancillería alemana también sostuvo que la Unión Europea aboga por una reacción internacional al uso de "arma química" en el territorio de Rusia.
Añadió que "la UE aboga por una reacción internacional y se reserva el derecho a tomar medidas correspondientes".
Navalni fue trasladado a Berlín desde Rusia el 22 de agosto después de pasar dos días en un hospital de la ciudad de Omsk, donde fue ingresado tras perder el conocimiento durante un vuelo procedente de la ciudad de Tomsk.
En el hospital de Omsk, Navalni fue inducido en un coma y tratado con atropina, fármaco que suele utilizarse como antídoto para los agentes nerviosos. Sin embargo, los médicos del hospital ruso afirmaron luego que no habían detectado rastros de toxinas en la sangre y la orina del paciente, cuya condición atribuyeron a un "trastorno metabólico".
El 2 de septiembre, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, informó que los análisis toxicológicos realizados por un laboratorio de las Fuerzas Armadas germanas muestran que Navalni fue envenenado con una sustancia del grupo Novichok.
Desde Moscú califican de infundada la versión alemana sobre lo ocurrido con Navalni y dicen esperar respuestas oficiales a las solicitudes enviadas a Berlín.
El 14 de septiembre, la clínica alemana Charité informó que el opositor ruso fue desconectado de la ventilación mecánica y ya es capaz de levantarse de la cama, y la víspera, el propio Navalni publicó su primera foto desde la salida de coma y confirmó que ya puede respirar por su cuenta.
El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo el 14 de septiembre en una conversación telefónica con su par francés, Emmanuel Macron, que es necesario que Alemania entregue los materiales sobre Navalni a Rusia para que pueda esclarecer las circunstancias.