"En los acontecimientos en Bielorrusia se observa claramente la pista occidental, las protestas han sido bien organizadas desde el principio y son coordinadas desde el extranjero… Según las informaciones que tiene el SVR, Estados Unidos juega un rol clave en estos acontecimientos", dijo el director del SVR, Serguéi Narishkin, citado en la declaración oficial.
"Ese dinero se utilizó para crear una red de 'blogueros independientes' y cuentas de información en redes sociales, y también para preparar a activistas que participarían en las manifestaciones callejeras", detalló Narishkin.
Los activistas "más prometedores" viajaron al extranjero, particularmente a Polonia, Lituania y Ucrania, donde fueron instruidos por asesores norteamericanos expertos en "protestas no violentas".
El director del SVR considera que EEUU intenta organizar en Bielorrusia una 'revolución de colores'.
"En realidad, se trata de un intento mal disimulado de organizar otra revolución de colores, un golpe anticonstitucional, cuyo objetivo no tiene nada en común con los intereses de los ciudadanos bielorrusos", dijo Narishkin.
En su opinión, Washington está patrocinando a Svetlana Tijanóvskaya y a otros activistas de la oposición bielorrusa y quiere presentarlos en calidad de "líderes populares".
"Estados Unidos está patrocinando a la excandidata a la presidencia bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya y a otros activistas opositores, para presentarlos como a líderes populares y futuros dirigentes de la Bielorrusia 'democrática'", refirió el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia.
En los primeros días después de la votación las fuerzas del orden reprimieron las protestas con gas lacrimógeno, balas de goma, cañones de agua, granadas aturdidoras y fusiles con acción de bombeo. Según el Ministerio del Interior, las movilizaciones se saldaron con tres muertos, centenares de heridos, entre ellos más de 170 agentes, y más de 6.700 detenciones.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes. El mandatario bielorruso afirmó que la situación en Bielorrusia se debe a una "injerencia externa", y acusó a Polonia, Chequia, Lituania y Ucrania de estar detrás de las protestas.