"Mañana regresamos a los hospitales; los contratos se firmarán en octubre", dijo a Sputnik Pablo Arévalos, secretario de la Asociación Ecuatoriana de Médicos Posgradistas (ASEMP).
Los posgradistas son médicos que estudian una especialidad y asisten a la red de salud pública alrededor de 64 horas semanales, realizando las mismas funciones de un médico residente, y tienen que cubrir además 14 horas académicas.
De acuerdo con disposiciones de la denominada Ley Humanitaria aprobada en junio por la Asamblea, todos los posgradistas deben recibir un contrato de trabajo por el tiempo que duren sus estudios de especialidad, así como remuneración, beneficios sociales y afiliación a la seguridad social.
El 18 de septiembre, por cuarto día consecutivo los médicos marcharon por las calles de la capital Quito (centro norte), mientras sus dirigentes negociaban el acuerdo, que finalmente se concretó.
Los médicos marcharon desde el centro norte de Quito hasta la Plaza Grande, en el centro histórico de la capital, frente al Palacio de Gobierno.
A diferencia del 15 de septiembre, cuando elementos policiales lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, esta vez llegaron sin dificultad a su destino.
El acuerdo beneficiará a unos 3.500 médicos posgradistas.
La norma establece que los posgradistas que presten servicios durante la emergencia por el COVID-19 se considerarán médicos en funciones hospitalarias en formación y suscribirán contratos de servicios ocasionales con el Ministerio de Salud Pública (MSP) o con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y percibirán una remuneración.
La de los médicos posgradistas no fue la única marcha del 18 de septiembre.
Estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad Escuela Politécnica del Ejército realizaron una marcha de protesta por el recorte presupuestario a las universidades públicas del país.