Los manifestantes, llegados de todo el país, continuaron acudiendo a las protestas que tienen lugar semanalmente, desde hace cuatro meses, frente a la residencia oficial del primer ministro Netanyahu, en el centro de Jerusalén, y otros puntos del país, a pesar del nuevo confinamiento nacional.
El mandatario está siendo investigado por presunto fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en tres casos separados.
Los principales cánticos de la jornada de anoche fueron de rechazo a las últimas restricciones impuestas para frenar el avance del coronavirus que, hasta la fecha, ha dejado en el país casi 188.000 casos positivos y más de 1.250 fallecidos, convirtiéndose así en el país con la segunda mayor tasa de infección por habitantes, precedido únicamente por Baréin.
Una excepción en la regulación de confinamiento israelí permite las manifestaciones públicas siempre y cuando los manifestantes se reúnan en "cápsulas" separadas de 20 personas y respeten las reglas de distanciamiento social.
Las concentraciones de protesta del 20 de septiembre fueron tan numerosas como las que se realizaron previamente todos los fines de semana durante los últimos cuatro meses.
La Policía también comunicó el 20 de septiembre que había instalado barricadas que fueron derribadas por manifestantes y reportó la detención de una persona, contraria a las manifestaciones anti-Netanyahu, quien intentó derribar uno de esos muros con su automóvil.
El juicio del primer ministro comenzó el pasado mes de junio, sin embargo, Netanyahu niega haber cometido los delitos de los que se le acusan y no renuncia a su cargo.
