El trabajador, tras 27 años en la empresa, con 51 años y sin indemnización, ha recurrido a la ley.
Como en todo conflicto, hay diferentes historias y relatos que confluyen en unos mismos hechos. En este caso, se trata de un conflicto laboral por el que Mercadona S.A. Supermercados ha ejecutado el despido disciplinario por "incumplimientos contractuales tipificados en el Convenio Colectivo de Empresa como FALTAS MUY GRAVES", según reza la carta de despido a la que ha tenido acceso este medio. El despido viene cargado de argumentos legales.
La relación laboral ha terminado en base a los anteriores argumentos. El otro protagonista de la historia, el charcutero del establecimiento de Torremolinos (Málaga), se llama José Francisco Sánchez Guerrero.
"Por un euro y medio se están ahorrando casi 80.000 euros de indemnización", relata a Sputnik el abogado del charcutero despedido, Juan Pedro, de Rojano Vera Abogados.
Los detalles de la historia, para el cumplimiento de la normativa podrían parecer menores, pero son llamativos. José el charcutero ha sido despedido tras una larga relación laboral con la empresa, que va desde el 27 de septiembre de 1993 hasta el 16 de septiembre de 2020, habiendo ostentado la categoría profesional de gerente, con un salario bruto mensual de casi 3.000 euros, según reza su última nómina.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) October 2, 2020
¿La razón de esta ruptura?, por asombroso que sea: la considerada "falta muy grave", los "fraude" o "robo" se traducen en que la empresa dejó de ingresar 1,51 euros por 4 huesos de pollo que iban a acabar irremediablemente en la basura en unos minutos.
La ruptura
José Francisco Sánchez Guerrero cubrió la tarde del 12 de septiembre el puesto de carnicería y charcutería, "cuando llegué, mi encargada me dijo que tenía que reducir los 480 euros de carne a tirar", es decir, los productos perecederos que al día siguiente no estarían ya a la venta sino en la basura. En estos casos la técnica habitual es ir aplicando descuentos graduales a la mercancía a medida que se acerca la hora de cierre.
El charcutero se llevó los 4 huesos de pollo por 2,61 euros, teniendo en cuenta el descuento que se auto-aplicó del 50%, pero debería haber pagado 1,51 euros más.
"La encargada me dijo que solo ella y en determinadas ocasiones es quien decide si se aplica un descuento superior al 20%", explica José. "Me disculpé, ¿cómo me voy a jugar mi puesto de trabajo por 4 huesos de pollo que eran para dárselos a los perros?"; pero dos días después, la coordinadora de planta junto a un abogado le entregaron la carta de despido. "No hay proporcionalidad del castigo a la causa, despido disciplinario por algo así, no me imaginé que serían capaces".
Presunto acoso laboral
La situación laboral de José el charcutero no era muy común. Tras 27 años en la empresa, siempre según su relato, ha ocupado diversas funciones, desde repartidor hasta encargado y coordinador, puesto que perdió en 2007. No obstante, se le mantuvo su estatus salarial, a pesar de que sus funciones fueran ya de mero charcutero. "Eso siempre provoca enfrentamientos con los encargados que llegaban, y con la última encargada tuve mucha presión", relata, "incluso en el último brindis de Nochevieja me dejó entrever con comentarios que no seguiría mucho tiempo aquí".
José tiene tres hijos en edad escolar y el suyo era el único sueldo de la casa. Más allá de los detalles de la indemnización por antigüedad, que rondan los 80.000 euros, el abogado alerta que este no es el único en la empresa. "Mercadona es referente, es una empresa líder que aplica el modelo norteamericano. Promete estabilidad, paga bien y fideliza, pero en los últimos años, ya no quiere a trabajadores mayores".
Con una plantilla de 90.000 trabajadores en la península Ibérica y un salario medio inicial de 1.198 euros, Mercadona goza de muy buena fama en el aspecto laboral. Aunque la edad de los trabajadores avanza y la empresa enfrenta nuevas situaciones.
"En mi caso sí, creo que era el mayor de mi supermercado", reflexiona José, "lo cierto es que de todos los que empezamos en 1993, que yo sepa, ninguno se ha jubilado en este sector. Siempre van cayendo antes por desgaste, traslados o presiones". La presión sobre la antigüedad también la señala el abogado, "no quieren a mayores, quieren a jóvenes vulnerables que sean más fácilmente moldeables y que acaten el orden interno de la empresa".
El equipo que defiende a José cree que su caso, el despido por descontar euro y medio en unos huesos de pollo, es un claro mensaje para toda la plantilla, "se trata de amedrentar al resto, de decir quién manda aquí".