La baja nubosidad obligó a los drones a reducir la altura de vuelo sobre la ciudad y se pudieron divisar desde tierra. En Stepanakert fueron activadas las sirenas antiaéreas.
Las fuerzas de defensa antiaérea karabajíes dispararon contra los drones y uno cayó en las montañas fuera de la ciudad, los demás aparatos lograron arrojar varias bombas sobre la capital de la república rebelde.
Ambos bandos, que se acusan de haber desatado esta espiral bélica sin precedentes desde la guerra de 1992-1994, ordenaron movilización de reservistas, impusieron ley marcial y sostienen combates con el uso de blindados, artillería, aviación y sistemas de misiles a lo largo de la línea que separa a sus tropas.
Bakú perdió el control de Karabaj y siete distritos adyacentes tras la escalada de las hostilidades que tuvo lugar a principios de los 90 del pasado siglo.
Azerbaiyán insiste en recuperar su integridad territorial, mientras que Armenia defiende los intereses de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, que no es parte de las negociaciones.