"Constatamos con preocupación que (…) nos encontremos con actitudes de confrontación política y de una creciente violencia entre las distintas representaciones políticas y contra los medios de comunicación. Hacemos un llamado urgente a todos los actores políticos, en especial a los candidatos y a sus militantes y simpatizantes para que contribuyan al clima de paz", dijeron en un comunicado conjunto.
El texto señala que con la violencia no se logrará solucionar los "grandes retos y desafíos" que tiene la democracia boliviana.
"La capacidad de diálogo y concertación deberá ser el instrumento primordial para que, en un ambiente de unidad y respeto, se puedan resolver los temas de conflictividad y superar la polarización política", agrega.
Por su parte, el Pacto de Unidad, conformado por organizaciones sociales afines al opositor Movimiento Al Socialismo (MAS), exigió el 7 de octubre al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que las elecciones se desarrollen con transparencia, porque de lo contrario el pueblo y las bases se levantarán.
La presidenta transitoria, Jeanine Áñez, afirmó el 7 de octubre que "los populistas autoritarios no tienen ninguna posibilidad de volver" y agregó que mientras esté el actual Gobierno, se frenará nuevamente a "los violentos que otra vez amenazan con convulsionar el país".
Según el Gobierno, el MAS denunciaría un fraude electoral como pretexto para desatar protestas.
El MAS ha señalado que los candidatos de la derecha podrían hacer fraude con apoyo del Gobierno.