En el corto vídeo, el gatito le impide al perro salir de su casa de madera.
Mientras el corgi intenta irse, Seventeen sujeta el perro por el cuello para evitar que se mueva.
El gato incluso le cubre los ojos a Beng Beng y empuja la cabeza del pobre corgi hacia adentro.
Después de resistir durante unos segundos, el can deja de luchar y se queda en el interior de la casita, como deseaba Seventeen.