Los manifestantes han vuelto a tomar las calles de la capital tailandesa desafiando la prohibición de las reuniones. El decreto, que prohíbe las congregaciones de más de cuatro personas, entró en vigor el 14 de octubre por la mañana. Más de 20 personas fueron arrestadas, incluyendo tres líderes de la protesta.
Durante la manifestación se produjeron varios enfrentamientos fuertes con la Policía, pero concluyó con una sentada pacífica frente a la Casa de Gobierno. Un ciudadano de nombre Lee definió el sentimiento de los manifestantes como "lleno de esperanza".
"La razón por la que la gente se presentó hoy es que sienten esperanza. Aunque hoy no cambie nada, ciertamente sentimos que tenemos mucha gente que comparte la misma agenda y las mismas creencias", dijo.
Los manifestantes comenzaron pidiendo la dimisión del primer ministro, Prayuth Chan-o-cha, para luego ampliar sus exigencias hasta reformas en la monarquía del país y en la constitución del 2017 que se elaboró tras un período de gobierno militar.
