"Las interrupciones en los servicios causadas por la pandemia de COVID-19 han provocado más reveses. En muchos países, los recursos humanos, financieros y de otro tipo se reasignaron de la TB a la respuesta de COVID-19", dice el texto.
Los sistemas de recopilación de datos y presentación de informes también se han visto afectados de forma negativa, dijo la OMS.
Antes de la pandemia, muchos países estaban avanzando en la lucha contra la tuberculosis con una reducción del 9% en la incidencia, una disminución del 14% en las muertes observadas entre 2015 y 2019.
En 2019, aproximadamente 1,4 millones de personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con la tuberculosis, y de los 10 millones de personas que la desarrollaron, unos tres millones no fueron diagnosticados, según el comunicado.
La financiación para la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención de la contagiosa enfermedad es un tema importante y, en 2020, alcanzó los 6.500 millones de dólares, lo que representa solo la mitad del objetivo de 13.000 millones de dólares acordado en la Declaración Política de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la tuberculosis.
La Declaración Política de la ONU sobre la TB para 2018-2022 tiene como objetivo tratar a 40 millones de personas, llegar al menos a 30 millones con el tratamiento preventivo de la TB y movilizar recursos financieros, incluidos al menos 2.000 millones de dólares anuales para investigación.
La Estrategia "Terminar con la TB" de la OMS pretende alcanzar una reducción del 90% en las muertes por tuberculosis y una baja del 80% en la tasa de incidencia de la tuberculosis para 2030, en comparación con la línea de base de 2015.