Según el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU, Adam Schiff, las filtraciones acerca de Joe Biden y su hijo fueron un intento de las autoridades rusas de lanzar una campaña de desinformación.
Sin embargo, tanto el jefe de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, John Ratcliffe, como el FBI constataron que la correspondencia electrónica de Hunter Biden no tenía nada que ver con Rusia.
"Ese portátil [en el que se encontraron los correos] es un desastre para ellos (...) Y luego Schiff dice que lo hizo Rusia. Rusia, Rusia, Rusia... Probablemente piensan que somos los más locos", dijo Trump en un mitin en Carolina del Norte.
A tres semanas de las elecciones en EEUU, The New York Post revivió la supuesta implicación del entonces vicepresidente Joe Biden en los negocios de su hijo Hunter, que en mayo de 2014 se incorporó a la junta directiva de la compañía de gas ucraniana Burisma Group con un sueldo de 50.000 dólares mensuales a cambio supuestamente de usar su influencia para librarse del fiscal general ucraniano Víctor Shokin, que investigaba por corrupción a la empresa y acabó despedido por las presiones de Joe Biden, entonces vicepresidente de los EEUU.
Representantes de la campaña de Biden afirmaron que el encuentro nunca tuvo lugar, mientras que el presidente de EEUU, Donald Trump, acusó al candidato demócrata de haber "mentido al pueblo estadounidense".