Sedwill compartió con The Times que se han montado operaciones clandestinas para castigar al presidente ruso, Vladímir Putin, y sus principales aliados. Según el exfuncionario, la "serie de medidas discretas" sirvió para "imponer un precio mayor" al que esperaban los rusos.
Es la primera vez que una figura británica de alto nivel confirma tales tácticas, informó el medio.
Sedwill detalló que una de las ocasiones en que tales medidas se tomaron fue tras el supuesto envenenamiento del exoficial de inteligencia ruso, Serguéi Skripal, y su hija, Yulia, en la ciudad británica de Salisbury en 2018.
"Después del ataque de Salisbury (...) tomamos represalias de manera visible. Expulsamos toda la red de inteligencia rusa en el Reino Unido. Pero también tomamos una serie de otras medidas discretas, incluidas medidas para lidiar con parte del dinero ilícito que sale de Rusia, y medidas encubiertas, de las que obviamente tampoco puedo hablar", afirmó el funcionario que se desempeñó como asesor de seguridad nacional de Boris Johnson hasta el mes pasado.
El caso Skripal
Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años noventa por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes a principios de marzo de 2018 cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury, como resultado de lo que Londres calificó de intento de envenenamiento con una sustancia neuroparalizante.
Después de recibir el alta médica, Skripal y su hija fueron trasladados a un lugar secreto.
Según la Policía británica, la substancia utilizada para envenenarles provocó la intoxicación accidental de dos personas más en Amesbury, una de las cuales falleció.
Moscú rechazó de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió decenas notas diplomáticas al Foreign Office reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal que son ciudadanos de Rusia.
Después del incidente en Salisbury, los dos Estados redujeron en grado considerable sus contactos diplomáticos.
El Reino Unido expulsó a 23 diplomáticos rusos, iniciando así una oleada de expulsiones de personal de la OTAN y otros 28 países, a lo que Rusia respondió con medidas recíprocas.