Un incendio que se produjo el 26 de octubre en la ciudad de Irvine, en el condado de Orange, junto con otro fuego declarado en una zona próxima, obligó a emitir la orden de evacuar a más de 100.000 personas dada la rapidez con la que se desplazaban las llamas.
Las autoridades han informado de que dos bomberos, de 26 y 31 años, han resultado gravemente heridos mientras trataban de apagar el incendio de Irvine, con quemaduras de segundo y tercer grado en gran parte del cuerpo, y han tenido que ser intubados, comunica AP.
California está registrando fuertes vientos que vienen provocando desde el 24 de octubre el desplazamiento de varios focos de incendios. El Servicio Meteorológico Nacional de EEUU preveía que el fuego continuara arrasando el terreno, pero las llamas arden con mayor intensidad de lo pronosticado y ya han dejado un récord de superficie quemada.
Southern California Edison, la compañía encargada del suministro eléctrico de gran parte de la región, ha admitido su posible parte de culpa en el problema. Un portavoz de la compañía dijo que esta había presentado un informe sobre un incidente de seguridad por un cable conectado a una línea de telecomunicación que podría haber hecho contacto con una línea eléctrica de la SCE y, posiblemente, haber iniciado el incendio. La causa aún está siendo investigada.