El 27 de octubre, O'Brien anunció la disposición de Washington a desplegar armas hipersónicas y misiles balísticos en Europa para contener a Rusia.
"Tales intenciones amenazan con desequilibrar la seguridad regional y global y conducen a un aumento del potencial de confrontación", escribió Antónov en su cuenta de Facebook.
El diplomático señaló que "si Washington está realmente interesado en un control de armas, no hay necesidad de una escalada de carrera armamentística de misiles en Europa".
El 26 de octubre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, al comentar la salida de EEUU del Tratado INF de misiles de corto y medio alcance, declaró que Rusia está dispuesta "con buena voluntad" a no desplegar misiles 9М729 en la parte europea de su territorio "siempre y cuando los países de la OTAN tomen medidas similares para excluir el despliegue de armas prohibidas por el Tratado INF en Europa".
El Tratado INF, firmado en diciembre de 1987 entre la entonces URSS y EEUU, prohibía los misiles balísticos y de crucero con alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Moscú también suspendió su compromiso con el Tratado INF en respuesta a EEUU, pero al mismo tiempo dejó claro que no deseaba implicarse en una nueva carrera armamentista, mantenía sus propuestas de desarme y esperaría a que la otra parte estuviera dispuesta a retomar las conversaciones al respecto.