Ebrard aprovechó esta situación para felicitar al secretario de Salud, Jorge Alcocer, así como al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, por ser los precursores en el uso de esta herramienta, la cual también ha sido utilizada en Europa.
"Eso nos va a permitir simplificar el diálogo con Estados Unidos. No hemos cambiado la restricción a las disposiciones que no se consideran esenciales. La evaluación semanal se hace para prever el siguiente mes y si hay algún cambio", mencionó.
Por otra parte, el canciller mexicano descartó la posibilidad de cerrar por completo el cruce fronterizo entre México y Estados Unidos pese al repunte de casos positivos en entidades como Chihuahua.
"México no va a optar por cierre imperativo, eso tendría muchas consecuencias y eso aplica para la frontera. Se hacen recomendaciones, se hace orientación, pero no estamos previendo cierre de actividades", sostuvo.
Aunque las restricciones en la zona han sido extendidas hasta el 21 de noviembre, en los últimos días la Unión Americana reporta el segundo mayor número de casos nuevos de COVID-19 diariamente, por lo cual la reapertura de las fronteras podría retrasarse más tiempo.
El 30 de septiembre, Marcelo Ebrard aseguró que la reanudación de los viajes no esenciales en la frontera terrestre se daría hasta que las entidades fronterizas de México y Estados Unidos pasaran a semáforo verde.
"No podríamos nosotros levantar las medidas cuando nuestro propio mapa dice que tiene que haber ciertas restricciones", remarcó.
Según datos de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos acumula hasta el 28 de octubre 8.897.402 casos positivos, así como 228.243 muertes por COVID-19. Por su parte, México registra 906.863 contagios confirmados, además de 90.309 fallecimientos a causa de esta enfermedad.