El espectáculo podría explicarse con el simple hecho de que el río no es tan profundo como parece. En el medio, el paso fluvial mide poco más de 12 centímetros de profundidad y el alce no galopa lejos de la orilla donde la profundidad es aún menor.
Además, el barco de Paniptchuk contaba con un motor de agua. Precisamente estos motores y no los de hélices tradicionales son los que se utilizan por muchos residentes de Alaska para poder navegar en canales poco profundos y los arroyos que abundan en este estado, porque las hélices pueden romperse al tocar el fondo de pasos fluviales. Mientras tanto, los sistemas de propulsión mencionados aspiran el agua por debajo de la embarcación y la disparan a alta presión desde su parte trasera poniendo en movimiento el medio de transporte.
Este vídeo no dejó indiferentes a los internautas. Algunos sugirieron que el alce "aprendió a controlar su chakra", mientras que otros fueron más allá y lo bautizaron como el 'Jesús' de los alces.