"Los ataques perpetrados en violación del principio de distinción o el principio de proporcionalidad pueden constituir crímenes de guerra, y las partes en el conflicto están obligadas a investigar de manera eficaz, rápida, exhaustiva e imparcial esas violaciones y enjuiciar a quienes presuntamente las hayan cometido. Estos ataques deben cesar y los responsables de llevarlos a cabo u ordenarlos deben rendir cuentas", subrayó Bachelet.
La semana pasada, la Fiscalía General de Azerbaiyán dijo que al menos 19 personas murieron y 60 resultaron heridas como resultado del ataque de Armenia a Barda con municiones de racimo prohibidas.
Las acusaciones se producen después de un ataque el martes en la aldea de Qarayusifli en la región de Barda en el que cuatro personas murieron y otras 14 resultaron heridas.
"En medio de informes profundamente preocupantes de que ambas partes han utilizado municiones de racimo, pido una vez más a Armenia y Azerbaiyán que dejen de usarlas y que se sumen a los más de 100 Estados que han ratificado la Convención sobre Municiones de Racimo, que prohíbe por completo su uso", dijo Bachelet.
La funcionaria de la ONU pidió también a ambas partes del conflicto que despoliticen la cuestión de proporcionar acceso humanitario y de derechos humanos a todas las áreas afectadas por el conflicto.
Las hostilidades armadas entre las fuerzas azerbaiyanas y armenias en Nagorno Karabaj continúan desde el 27 de septiembre.
Desde entonces, las partes acordaron tres ceses del fuego humanitarios; sin embargo, los tres se rompieron pocas horas después de su entrada en vigor.