"La sentencia condena al acusado como autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y dos delitos de homicidio imprudente", comunicó la Audiencia.
Según detalla el fallo, el acusado —un hombre de nacionalidad marroquí— se encargó de dirigir y pilotar una patera propulsada a motor que trasladó desde una playa del norte de Marruecos a la costa canaria, a un grupo de unas treinta personas.
Como precio del pasaje, relata la autoridad judicial, cada ocupante debía abonar una suma que rondaba los 1.000 euros.
"Poco antes de alcanzar el objetivo perseguido", resalta el fallo, "el patrón ejecutó, de manera precipitada y arriesgada, la maniobra de aproximación a tierra, lo que provocó la colisión de la nave con una roca y la caída de algunas de las personas al mar".
Dos personas fallecieron y una tercera resultó desaparecida sin que por el momento, más de un año después, se tengan indicios de que sobreviviera al suceso.
Momentos antes del impacto —prosigue la sentencia— el acusado "saltó al agua, llegó a la orilla y logró en principio escapar del control policial, siendo finalmente localizado en la ciudad de Las Palmas".
El fallo explicita que la patera era "frágil, inestable, inapropiada para una travesía de varios días e inadecuada para el transporte de ese número de personas".
Del mismo modo, la embarcación "no contaba con víveres ni bebidas para atender con suficiencia las necesidades vitales de todos los tripulantes".
El relato de la sentencia dibuja un escenario común en las pateras que habitualmente se utilizan para transportar migrantes desde el norte de África a España.
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que va de año al menos 414 personas perdieron la vida intentando llegar a las Islas Canarias, muy por encima de las 210 registradas en todo 2019.